Análisis: el blog de Sociedad y Educación

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Publicado el 23 Feb 2017 / 1 comentario

¿En casa o al cole? Una reflexión acerca del debate sobre la escolarización temprana

Autor: Daniel Santín. Universidad Complutense de Madrid.
Fuente: Indicadores del sistema educativo español 2016. Fundación Areces y Fundación Europea Sociedad y Educación. 2016.

 

Alcanzar la condición de madre o padre es sin lugar a dudas, y sin entrar en mayores consideraciones, una importante experiencia vital. A partir de aquí se abren muchos interrogantes relacionados con cómo ser una buena madre o padre para nuestro hijo o hija. Y en este sentido, la primera pregunta relacionada con el ámbito educativo es a qué edad debería empezar la Educación Infantil. Actualmente, el marco normativo en España establece que el primer ciclo de Educación Infantil comprende las edades de cero, uno y dos años y en general no es gratuito, mientras que el segundo ciclo abarca las edades de tres, cuatro y cinco años y es gratuito en la red de centros públicos y concertados. Ambos ciclos tienen carácter voluntario. Las cifras educativas muestran que a los 4 y 5 años la escolarización infantil en España supera el 97% de la población con esa edad mientras que a los 3 años la escolarización supera el 95% en España y el 90% en todas las Comunidades Autónomas por lo que las verdaderas diferencias comienzan antes de los 3 años. Si bien la escolarización a los dos años en España (52%) es el doble que en Europa (26%) según OCDE (2015), lo cierto es que a esta edad existen notables diferencias tanto dentro de España (País Vasco, 91.6%; Canarias, 12.4%) como de Europa (Países Bajos y Portugal, 0%, Francia 11%, Italia 16%, Finlandia 52%, Alemania, 59%, Suecia, 88%, Dinamarca, 92%).

 

Existen condicionantes de distinto tipo para tomar la decisión de cuándo escolarizar a los pequeños. La situación laboral de los padres, la cercanía de los abuelos, el coste del servicio y el presupuesto familiar serían algunas de estas variables. Sin embargo, no existe tanta información, o al menos no es tan conocida, acerca de si la escolarización de forma temprana tiene o no efectos positivos sobre los resultados futuros de los alumnos.

 ¿Tiene o no la escolarización de forma temprana efectos positivos sobre los resultados futuros de los alumnos?

Antes de avanzar creo que lo primero que es necesario aclarar, una vez más, es la diferencia entre correlación y causalidad, diferencia que a menudo dificulta el análisis de una cuestión como ésta. En ciencias sociales encontrar correlaciones espurias o meras asociaciones entre dos variables es relativamente sencillo a la vez que derivar conclusiones a partir de éstas es extremadamente arriesgado, por utilizar una palabra benévola. Por ejemplo, en el caso que nos ocupa podríamos concluir que los niños que más asisten a Educación Infantil luego tienen mejores resultados escolares. Es fácil observar esta correlación positiva a nivel de alumno en cualquier base de datos educativa incluso controlando por otras diferencias observables en el análisis. Sin embargo, los años de asistencia a la Educación Infantil de un niño no se distribuyen de forma aleatoria o exógena en la población sino que pueden a su vez ser explicados por dos tipos de variables. Por un lado, existen variables observables de la familia, como el nivel educativo, la situación laboral o los ingresos de los padres que influyen en que esta escolarización sea antes o después. Pero por otro lado, también existen variables familiares no observables mucho más difíciles de medir y caracterizar (por ejemplo la motivación de la familia, el interés de los padres en que su hijo asista a una buena escuela, o la importancia que otorgan a que el niño obtenga altas calificaciones) que también condicionan tanto los años que el niño asistirá a la Educación Infantil como su rendimiento académico. Cuando no controlamos por estas diferencias no observables en la población obtendremos resultados sesgados y poco consistentes ya que no podemos saber si son los años de Educación Infantil o las diferencias no observables entre los alumnos que determinaron su asistencia temprana a la Educación Infantil las verdaderas causantes del buen rendimiento educativo en una etapa posterior.

 

Para poder aproximarnos a encontrar una relación causal entre dos variables los economistas necesitamos realizar experimentos sociales. Para ello tenemos que repartir aleatoriamente una población en dos grupos; un grupo tratado (donde los alumnos serán tratados con más años de Educación Infantil) y un grupo de control o contrafactual que teniendo en media las mismas características observables y no observables que el grupo tratado recibirá menos años. Igual que ocurre en ciencias experimentales, la asignación del tratamiento de forma aleatorizada creando un grupo tratado y un control es el mecanismo más potente del que disponemos para aproximarnos a encontrar evidencia causal. En la práctica, desafortunadamente, existen muy pocos experimentos sociales bien diseñados en nuestro entorno que permitan su evaluación a largo plazo. Por ello, en la mayoría de ocasiones los economistas tratamos de encontrar buenas estrategias de identificación que nos permitan interpretar los resultados de un programa ya concluido como si se tratara de una comparaciónentre un grupo tratado y otro de control simulando que se hubiese producido dichoexperimento social.

 

¿Qué nos dicen las conclusiones obtenidas en esta línea de trabajos acerca de la relación causal entre Educación Infantil y resultados académicos? Existe numerosa evidencia internacional que ha encontrado una relación causal positiva entre los años de Educación Infantil de calidad y el desarrollo de habilidades cognitivas y no cognitivas que se mantienen en el largo plazo. No es este el lugar, dadas las limitaciones de espacio para este comentario, para desgranar los múltiples beneficios esperados en distintas dimensiones; como favorecer la igualdad de oportunidades, el desarrollo profesional en el mercado de trabajo o generar externalidades positivas que cabe esperar de la educación temprana. El lector interesado puede acudir a la página web del Profesor James Heckman, Premio Nobel de Economía en 2000, que recoge multitud de recursos que avalan esta relación causal.

 

¿Qué evidencia tenemos para España? Quizás actualmente el debate en la sociedad española es si la Educación Infantil debe o no ser universalmente gratuita a los dos años. En los años noventa se planteó una pregunta muy similar cuando la LOGSE (Ley Orgánica General del Sistema Educativo) extendió la gratuidad de la Educación Infantil de los cuatro a los tres años. ¿Tenemos alguna evidencia de cómo impactó esta escolarización más temprana en el resultado posterior de estos alumnos? El trabajo de Felfe et al. (2015) explota el experimento natural que se produjo en España como consecuencia de la distinta implantación de la LOGSE a lo largo de las CC. AA., ya que algunas lo implantaron antes que otras, empleando los datos de las oleadas de PISA 2000, 2003, 2006 y 2009. Utilizando el método de “diferencias en diferencias” encuentran que los niños afectados por la reforma tuvieron a los 15 años un resultado en lectura significativamente mejor (0,15 desviaciones estándar) que los que empezaron la infantil más tarde. Además encontraron una débil reducción de la repetición de curso en primaria (en 2,5 puntos porcentuales) y que estos efectos fueron más pronunciado en las chicas y en alumnos procedentes de niveles socioeconómicos bajos.

 

A partir de todas estas consideraciones previas mis conclusiones son las siguientes. En primer lugar, el sistema educativo español debe plantearse seriamente la extensión de la gratuidad de la Educación Infantil a los dos años, por supuesto de forma voluntaria. En caso de que los recursos presupuestarios no permitan la extensión automática se debería empezar por aquellos alumnos más desfavorecidos socioeconómicamente.

 

En segundo lugar, la Educación Infantil debe tener un carácter formativo y no meramente asistencial. Es por ello que no he usado la palabra “guardería” a lo largo de este comentario para referirme a esta etapa. Por supuesto son niños de dos años e intuitivamente no parece que tan pequeños el objetivo sea que empiecen a aprender contenidos formales. Se trata más bien de que en esta etapa sean felices explorando, jugando, riendo, aprendiendo a colaborar juntos, desarrollando capacidad de iniciativa, conviviendo y respetándose y en definitiva potenciando sus habilidades cognitivas y no cognitivas.

 

Y finalmente necesitamos evaluar. Por evaluación no me refiero solo a esta propuesta de extensión de la gratuidad a los dos años para demostrar si el programa tiene o no efectos positivos sobre nuestros pequeños sino a una evaluación integral para saber qué métodos educativos funcionan y cuáles no. En el marco de la autonomía de los centros educativos se debería potenciar el desarrollo de programas piloto que permitan avanzar en el conocimiento causal de qué prácticas resultan más efectivas para potenciar estas habilidades cognitivas y no cognitivas de nuestros alumnos a fin de extender y perfeccionar las más prometedoras y eliminar o modificar las que no obtienen buenos resultados.

Sin duda más evaluación y conocimiento en el sistema educativo redundaran en una sociedad más justa y con mayor bienestar.

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Referencias.

Felfe, C., Nollenberger, N. y Rodríguez-Planas, N. (2015). “Can’t buy mommy’s love? Universal childcare and children’s long-term cognitive development” en Journal of Population Economics, 28 (2), pp. 393-422.
OCDE (2015), Education at a Glance 2015: OECD Indicators, OECD Publishing. http://dx.doi.org/10.1787/ eag-2015-en

Comentario

  • José Fernando Calderero Hernández dice:

    Interesante artículo.
    Me permito comentar algunos de sus puntos:
    1.- De «el sistema educativo español debe plantearse seriamente la extensión de la gratuidad de la Educación Infantil a los dos años, por supuesto de forma voluntaria.» destaco por su enorme importancia lo de POR SUPUESTO DE FORMA VOLUNTARIA. Ya que, al parecer, son muy pocas las personas que distinguen entre Educación y Escolarización, se hace necesario alertar del peligro próximo de que las instancias políticas (eso sí, por el bien de los ciudadanos ¿Se percibe la ironía?) obliguen a las familias a educar a sus hijos de una determinada manera, con unas materias determinadas y en unos plazos y unas instalaciones determinadas. Recomiendo la lectura de la muy interesante y documentada defensa de los derechos de los padres: «Educación obligatoria y escolarización voluntaria» (1)
    2.- De la misma frase, hubiera considerado preferible decir: «el sistema ESCOLAR (no educativo) debe plantearse…» ya que, aunque «todo el mundo» denomine a la realidad escolar como «la Educación», de tal importante reduccionismo conceptual y operativo se pueden derivar (creo que de hecho se derivan) graves consecuencias personales y sociales
    Saludos muy cordiales,
    @JFCalderero

    (1) http://www.analisisdigital.org/2011/06/30/educacion-obligatoria-y-escolarizacion-voluntaria-i/