Análisis: el blog de Sociedad y Educación

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Publicado el 23 Dic 2016 / Sin comentarios

La disminución de la tasa de abandono en España: posibles causas y efectos deseables

Autor: Ismael Sanz Labrador y Luis Píres Jiménez, Universidad Rey Juan Carlos y Comunidad de Madrid
FuenteIndicadores comentados sobre el estado del sistema educativo español 2016. Fundación Areces y Fundación Europea Sociedad y Educación. 2016.

 

La tasa de abandono educativo tempran corresponde al porcentaje de la población de 18 a 24 años que ha abandonado su formación sin haber obtenido el título de Bachillerato o Formación Profesional de Grado Medio. La Unión Europea y la OCDE conceden una gran importancia a este indicador por dos motivos. El primero es que estos niveles educativos, aun siendo no obligatorios, son los mínimos necesarios para afrontar con garantías la inserción en el mercado laboral. Aquí se establece una relación entre el sistema educativo y el mercado laboral, conexión que es explícita en la Estrategia Europea 2020, al entender que la mejora del objetivo prioritario del abandono, junto con el otro objetivo prioritario que es que una parte importante de la población alcance estudios universitarios, facilitará el crecimiento y el empleo a través de la mayor empleabilidad de la población. El segundo motivo por el que el indicador de abandono tiene tanta importancia es su relevancia para mostrar la calidad del propio sistema educativo. Si la Educación Obligatoria, hasta los 16 años, es de buena calidad, los alumnos se sentirán incentivados a continuar educándose en etapas no obligatorias, o dicho de otra forma, unas altas tasas de abandono educativo pueden estar reflejando una mala calidad del sistema educativo en sus etapas obligatorias.

 

La existencia de estos dos elementos hace que la interpretación sobre la evolución de la tasa de abandono temprano sea compleja. Así, a largo plazo, el desempleo y el abandono temprano están relacionados, tal como se observa en la siguiente figura. Tras una estabilidad en ambas variables durante los primeros años del siglo XXI, con tasas de desempleo del 10% y tasas de abandono del 30%, el incremento del desempleo causado por la crisis económica a partir de 2008 produjo, con aproximadamente 2 años de retraso, un descenso del abandono.

 

Tasa de abandono temprano y de desempleo en España (2002-2015)

Desempleo_abandono

Fuente: encuesta de población activa (INE)

 

Esta relación se puede explicar porque el desempleo reduce el incentivo de los estudiantes a dejar sus estudios y ponerse a trabajar, por lo que un aumento del desempleo influye en la disminución del abandono, al empeorar las expectativas de los jóvenes de encontrar empleo. Lo contrario también se produce, por lo que una reducción del desempleo podría volver a aumentar las tasas de abandono. De hecho, desde 2013 el desempleo ha empezado a reducirse en España, aunque como existe un retraso entre las variaciones del desempleo y las del abandono de unos 2 años, habrá que esperar a los próximos años para comprobar si se produce esta correlación.

 

Pero la relación entre desempleo y abandono no sólo se da en la dirección desde el desempleo hacia el abandono, también se produce una relación en la dirección inversa, ya que las personas que abandonan tienen una menor empleabilidad, participan menos en el mercado de trabajo, están más expuestas a la temporalidad, sus salarios son menores, y la probabilidad de sufrir un desempleo de larga duración es mayor. Por tanto, el aumento del abandono provoca un aumento del desempleo. Y, al contrario, la disminución del abandono tiene efectos en el desempleo al mejorar la empleabilidad de los jóvenes.

 

La dimensión económica del abandono temprano en España también se comprueba en el hecho de que las características personales y familiares de los jóvenes influyen en su tendencia a abandonar. Así, diferentes análisis econométricos de la probabilidad del abandono muestran cómo, manteniendo constante el resto de variables, al abandono disminuye si aumenta la capacidad económica de los hogares, si se es mujer, si no se es extranjero, o si el nivel educativo de los padres (sobre todo el de la madre) es mayor, aunque el factor más importante para reducir el abandono es el del aumento del desempleo juvenil. Los datos anteriores son muy importantes para realizar políticas destinadas a tratar de reducir el abandono educativo.

 

La introducción de mejoras educativas podría precisamente evitar la anterior correlación entre desempleo y abandono, es decir, podría permitir en los próximos años mantener unas tasas de abandono a la baja a pesar de que mejore el nivel de empleo. Los propios datos del abandono temprano permiten analizar esta situación. Así, con los datos de abandono se pueden estudiar por separado al grupo de personas que no están en la situación de abandono frente a los que sí lo están. Los que no están en abandono se dividen, a su vez, en 2 grupos, aquellos que tienen un título de Educación Secundaria Obligatoria de 2ª etapa, y los que no teniéndolo, se encuentran realizando algún tipo de formación. El incremento de los titulados reflejaría una mejora cualitativa y estructural del nivel educativo de los jóvenes españoles, mucho más permanente que el nivel reflejado por otro tipo de formación. Así, el incremento de la población que no abandona entre 2014 y 2015 desde el 78,1% hasta el 80%, se corresponde con un aumento de los titulados desde el 60,7% hasta el 63,3%, frente a una disminución de los alumnos en formación del 17,4% al 16,7%, lo que muestra una tendencia favorable a largo plazo si se mantiene esta tendencia. La mejora de otros indicadores educativos como el aumento de las tasas de graduación o la disminución de la repetición, reforzaría esta tendencia favorable.

 

Si nos fijamos ahora en los jóvenes de 18 a 24 años que abandonan, también se puede distinguir entre aquellos que tienen titulación en ESO frente a los que ni siquiera tienen ese título. La reducción de estos últimos jóvenes es la más interesante, ya que son los más expuestos a la falta de empleabilidad. En el caso español este grupo representa un 9,2% del total en 2015, y debería ser una prioridad disminuir este porcentaje.

 

Al igual que ocurre con otros indicadores educativos en España, existen unas grandes diferencias entre las Comunidades Autónomas. Así, con los últimos datos de 2015, hay 3 Comunidades con un abandono alrededor del 10% (País Vasco, Cantabria y Navarra), por lo que cumplirían con el objetivo establecido para toda la Unión Europea. Otras 4 Comunidades están cerca de cumplir el objetivo marcado para España en 2020 del 15%: Madrid, Castilla y León, Asturias y Galicia. Un grupo de 6 Comunidades se sitúan en torno a la media actual española del 20%: Cataluña, Aragón, Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, La Rioja y Canarias. Y por último, 3 Comunidades tienen todavía un abandono elevado: Murcia, Extremadura y Andalucía, además de Ceuta y Melilla. Esta situación del abandono coincide con otras variables educativas de estas Comunidades, como por ejemplo los resultados en las evaluaciones internacionales (PISA, PIRLS, TIMMS). Esto muestra que la tasa de abandono temprano es una variable que refleja bastante bien la calidad del sistema educativo en su conjunto.

 

Se podrían realizar análisis más detallados de las Comunidades Autónomas, tal como se ha indicado anteriormente para el caso español, pero pueden surgir problemas de significatividad. Es importante destacar que la tasa de abandono temprano es una estadística que se recoge a partir de la Encuesta de Población Activa que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE), pero esta es una estadística laboral, no educativa, es decir, no está pensada para el ámbito educativo, aunque el hecho de que se pregunte por el nivel formativo permite sacar el dato de la tasa de abandono. Por ello, los errores estadísticos a medida que desagregamos la información son cada vez mayores, sobre todo en las Comunidades Autónomas con menor población. Esto hace que haya que tener mucho cuidado al realizar análisis demasiado desagregados de la tasa de abandono educativo.