Análisis: el blog de Sociedad y Educación

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Publicado el 21 Jun 2019 / Sin comentarios

Libertad de elección de escuela y equidad

Autora: Bailei Hardy. Michigan State University.

 

Recientemente, la OCDE ha publicado el informe Balancing School Choice and Equity: An International Perspective Based on PISA, para determinar si las políticas de elección de la escuela pueden tener consecuencias en la segregación de los estudiantes, tanto por su nivel académico como por su estatus socioeconómico, y, si pueden estar asociadas tanto con la efectividad como con la equidad de los sistemas educativos.

 

El estudio llega a la conclusión de que la libertad de elección de centro educativo como tal no es el problema, sino que los responsables de las políticas educativas deben establecer medidas para abrir las posibilidades de elección de todos los estudiantes, dándoles a todos la misma oportunidad de recibir la educación que desean.

Aunque en los últimos 15 años no ha habido un aumento significativo de la enseñanza privada en la mayoría de los países (gráfico 1),  la libertad de elección de  escuela se ha incrementado  para los estudiantes de todo el mundo a través de escuelas privadas, de las concertadas y, también, de la posibilidad de elegir entre las escuelas públicas.

Si bien, según el informe, los estudiantes que asisten a estas diversas escuelas se ven beneficiados, muchos investigadores educativos están preocupados por el aumento de su impacto en la segregación.

 

Gráfico 1. Evolución del porcentaje de estudiantes matriculados en escuelas privadas (2000-2015).

 

Fuente: OCDE, PISA 2000, PISA 2009 y bases de datos PISA 2015, Tabla 2.2. Notas: Todos los análisis están restringidos a escuelas con el nivel CINE para estudiantes de 15 años. En la figura solo se muestran los países con datos disponibles en 2000, 2009 y 2015. Las diferencias estadísticamente significativas entre 2000 y 2009 se muestran en gris oscuro. El promedio de la OCDE-24 se refiere a la media aritmética en todos los países de la OCDE con datos disponibles desde 2000 hasta 2015. Los países  se clasifican en orden descendente del porcentaje de estudiantes matriculados en escuelas privadas en 2015.

 

Los sistemas educativos suelen presentar principalmente dos tipos de segregación escolar, por estatus socioeconómico o, más comúnmente, por la capacidad del estudiante. Por ejemplo, la segregación social se fomenta ante la incapacidad de pagar las tasas de matrícula o la falta de transporte. Además, en algunas áreas, la segregación académica se debe al aislamiento de los estudiantes con peor rendimiento o a una concentración significativa de estudiantes de alto rendimiento en las escuelas que se consideran de “élite”. En el gráfico 2 se muestran las admisiones escolares basadas en el rendimiento académico por tipo de escuela.

 

Gráfico 2. Admisiones escolares basadas en el rendimiento académico, por tipo de escuela.

 

Porcentaje de estudiantes matriculados en escuelas en las que el rendimiento académico (incluidas las pruebas de ubicación) siempre se considera para la admisión Fuente: OCDE, Base de datos PISA 2015, tabla 2.6. Notas: Todos los análisis están restringidos a escuelas con el nivel CINE  para estudiantes de 15 años. Los países y las economías se clasifican en orden descendente del porcentaje de estudiantes matriculados en escuelas públicas en las que el rendimiento académico siempre se considera para la admisión.

 

Como señala Boeskens en el informe,  “en la práctica, los padres mejor educados y más motivados a menudo están mejor informados cuando seleccionan las escuelas y, además, son los que tienen más probabilidades de hacer uso de la posibilidad de elección, en lugar de inscribir a sus hijos en la que se les ha asignado. Además, los costes financieros (cuotas escolares, costes de transporte) pueden limitar las opciones disponibles para algunos estudiantes de familias de bajos ingresos. Incluso cuando las ayudas o programas similares reducen el coste de las escuelas privadas financiadas con fondos públicos, las cuotas de recargo o las contribuciones «ocultas» de los padres (para actividades extraescolares, uniformes escolares, etc.) pueden hacer que no se puedan pagar en la práctica”.

Por eso, una de las principales preocupaciones que se señalan en el informe es que los estudiantes que tienen un estatus social desfavorecido no podrán tener acceso a las escuelas a las que asisten, en su mayoría, estudiantes de clase media o alta.

También, debido a la libertad de elección de escuela, la diversidad social puede resultar afectada. Sobre todo, se manifestará en las mejores escuelas, que pueden seleccionar a los estudiantes más prometedores, lo que conduciría a una mayor segregación académica en el sistema escolar. La segregación crearía entonces barreras adicionales para los estudiantes desfavorecidos, lo que conllevaría un impacto negativo en la equidad e igualdad de oportunidades, algo que la elección de escuela debe evitar.

Por lo tanto, mientras que la libertad de elección de escuela está diseñada para impactar positivamente en las preferencias de los estudiantes y sus familias para poder seguir sus carreras académicas, los sistemas escolares deben establecer las regulaciones adecuadas para evitar los posibles efectos negativos y encontrar el adecuado equilibrio entre libertad y equidad. Las escuelas deben reflejar una población estudiantil más diversa socialmente, así como fomentar más oportunidades para los niños con desventajas, a fin de garantizar que ningún estudiante se quede atrás.

Los sistemas escolares deben encontrar el adecuado equilibrio entre libertad y equidad.

Andreas Schleicher en la presentación del informe ha declarado:

“Muchos países están luchando por conciliar sus aspiraciones de una mayor flexibilidad y de más oportunidades para que los padres elijan la escuela de sus hijos, con la necesidad de asegurar la calidad y la equidad de los sistemas educativos. Lo que importa son las políticas inteligentes que maximizan los beneficios de la elección, al tiempo que se minimizan los riesgos y se establecen unas condiciones equitativas para que todos los titulares de centros educativos contribuyan al sistema escolar”.

En ese sentido el informe se pregunta «¿Cómo pueden los sistemas escolares combinar la flexibilidad para satisfacer las aspiraciones de muchos padres y proporcionar suficientes incentivos para que las escuelas mejoren el rendimiento de todos los estudiantes que no tienen acceso a la educación?»

Y sugiere que los responsables de las políticas educativas:

  • Proporcionen soluciones a los padres sin aumentar la segregación mediante la introducción de criterios específicos para la asignación de estudiantes en el conjunto de las escuelas. También se pueden ofrecer incentivos a las escuelas para la admisión de estudiantes desfavorecidos, por ejemplo, mediante la ponderación de los fondos recibidos por las escuelas, en función del perfil socioeconómico de su población estudiantil.
  • Aseguren que todos los padres puedan ejercer su derecho a elegir la escuela de su preferencia. Las políticas deben proporcionar un apoyo específico a las familias desfavorecidas, no sólo ofreciendo la ayuda financiera, sino también fomentando la movilidad mediante un transporte público adecuado. Para evitar la competencia desleal entre escuelas públicas y privadas, debería exigirse que todos los centros financiados con fondos públicos se adhieran a las mismas regulaciones con respecto a la matrícula y a la admisión de alumnos.

La evidencia muestra que asistir a una escuela con una gran proporción de alumnos de alto rendimiento no siempre se traduce en mejoras individuales en el desempeño. Dados esos hallazgos, los sistemas escolares deberían garantizar que todos los padres reciban información pertinente sobre las escuelas disponibles, incluida una medida del «valor añadido» real de las escuelas, es decir, si esas escuelas logran mejorar el rendimiento de todos sus alumnos.