Análisis: el blog de Sociedad y Educación

Un blog que reúne en sus posts la más reciente literatura científica en el campo de la educación y que expertos de Sociedad y Educación examinan, seleccionan y ponen a disposición de la comunidad educativa.

Publicado el 10 Nov 2017 / Sin comentarios

Nuevas pistas para explicar las diferencias en rendimiento

Autores: Mona Mourshed, Marc Krawitz, and Emma Dorn. How to improve student educational outcomes: New insights from data analytics. McKinsey&Company. Social Sector. 
Nota: selección, resumen y adaptación del informe para Análisis:
Miguel Ángel Sancho Gargallo
. Fundación Europea Sociedad y Educación.

 

McKinsey&Company ha publicado recientemente un avance del estudio How to improve student educational outcomes: New insights from data analytics el cual, entre otras cuestiones, trata de identificar qué factores influyen en el rendimiento de los alumnos y en qué medida afectan al mismo.

 

La investigación realizada por McKinsey toma como base los datos que aporta PISA 2015 y, en particular, la información suministrada por los cuestionarios. Para ello han aplicado lo que denominan machine learning y el análisis avanzado, identificando las 100 variables más predictivas de los factores que tienen mayor peso en el resultado académico de los alumnos.

 

En este primer informe, los autores se proponen responder a dos cuestiones: ¿en qué medida es importante la motivación y actitud del alumno? ¿Qué metodologías funcionan mejor? Vamos a fijar nuestra atención en la primera cuestión y dejaremos para un posterior comentario la segunda. El hallazgo del estudio ha sido contundente:

La actitud del alumno, tanto su motivación como la seguridad en sí mismo, tiene un gran impacto en el rendimiento escolar, siendo esta variable mayor que ningún otro factor y en concreto doblando el efecto que se suele asignar al llamado ISEC (índice socioeconómico cultural).

Este resultado es común a las cinco regiones en las que se ha elaborado el estudio (Asia–Pacifico; Europa; Latinoamérica; Oriente Medio y Norte de África;  y  Norte América) aunque no en la misma medida.

 

El proceso de análisis ha sido el siguiente: se han seleccionado las 100 variables más predictivas del rendimiento escolar reflejadas en el informe PISA 2015 y agrupadas en cinco categorías: clima en el hogar, recursos escolares y liderazgo, profesores y enseñanza, conducta del alumno y motivación y actitud del alumno. Esta última variable, a su vez, se ha dividido en dos dimensiones: subject orientation o la actitud hacía una disciplina determinada y general mindsets, referida al sentido de pertenencia del alumno a su escuela, motivación y nivel de expectativas. Estas se han medido en función de su respuesta positiva al siguiente tipo de cuestiones: ¿Me siento identificado con mi escuela?, ¿me veo a mí mismo como una persona ambiciosa?, ¿si pongo el esfuerzo necesario, puedo conseguir lo que me propongo?

 

Después de controlar todos los factores, se ha concluido que general mindsets predice mejor los resultados del rendimiento de los alumnos de PISA que otros factores, como pueden ser el ambiente o clima del hogar.

Figura 1

 

Respecto a los elementos que componen el mindset se ha descubierto que hay unos que influyen más que otros. Entre los que presentan una mayor relevancia se encuentran la capacidad de identificar la motivación referida al día a día y concretada en preparar las clases, hacer más de lo esperado, o trabajar con perfección. Los estudiantes que muestran estas actitudes, que el estudio denomina motivation calibration, obtuvieron entre un 12% y un 15% mejor resultado en ciencias.

Todos los tipos de motivación (mindset) son estadísticamente significativos con relación a los resultados de los alumnos, incluso controlando las variables de estatus socioeconómico, tipo de escuela y localización.

Es particularmente llamativo que algunos de los factores analizados marcan más diferencias tanto entre los estudiantes de escuelas con bajo rendimiento, como entre los que pertenecen al cuartil socioeconómico inferior. Así, los estudiantes de escuelas con bajo rendimiento en los test, pero que presentan  una buena motivación (well-calibrated motivation mindset), obtienen resultados equivalentes a los que pertenecen al cuartil socioeconómico más alto, pero tienen poca motivación.

 

Figura 2

 

Mindsets, por supuesto, no es ni toda ni la única solución al problema de bajo rendimiento, puesto que no puede compensar totalmente las disparidades socioeconómicas. En general pertenecer a un estatus socioeconómico superior aporta mayores ventajas educativas, pero la evidencia de PISA muestra que la motivación tiene gran impacto, sobre todo para los que viven en circunstancias más adversas.

 

Hasta ahora la investigación sobre estos temas es incipiente y centrada predominantemente en Estados Unidos, pero considerando su importancia y su repercusión positiva en los resultados de los alumnos, debería ser una prioridad global.