Publicado el 06 Mar 2015 / Sin comentarios

¿Repartimos correctamente los recursos escolares?

Fecha y fuente: CALERO, J. y ORIOL ESCARDÍBUL, J. “Resultados escolares y resultados de la educación”. En Reflexiones sobre el sistema educativo español. Fundación Europea Sociedad y Educación. 2014

Autor de la entrada: Rafael López-Meseguer. Fundación Europea Sociedad y Educación.

Los autores intentan contestar a la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuál es el efecto de los recursos materiales y humanos de los centros sobre los resultados educativos de los estudiantes? Su trabajo se aproxima por dos vías a la pregunta planteada. Por una parte efectúan una revisión en profundidad de la evidencia empírica previa, que es muy extensa y cuyos resultados dependen en gran medida de las metodologías empleadas y del entorno de aplicación concreto. Por otra parte, presentan una serie de análisis empíricos propios, basados en los datos de España en PISA. En ellos se explora la distribución de los recursos de los centros para diferentes grupos de alumnos y se identifican, mediante modelos de regresión multinivel, qué papel juegan los recursos educativos de los centros a la hora de determinar la adquisición de la competencia de lectura.

 

En primer lugar, el gasto educativo tiene cierta incidencia positiva en el logro académico. Así sucede claramente para los niveles más bajos de gasto, de modo que en estos, los incrementos de gasto permiten aumentos significativos del rendimiento. La evidencia no está tan clara para los niveles de gasto elevados. Ello permite concluir, que no resulta aconsejable reducir el gasto educativo en países cercanos a umbrales de riesgo establecidos por la OCDE.

 

Por tanto, ¿en qué elementos es mejor invertir si se desea mejorar el rendimiento? La introducción de tecnologías de información en las aulas no parece un destino muy relevante para la inversión, al menos si no va acompañada de variaciones de la metodología de aprendizaje. Por otro lado, una vez el sistema educativo está suficientemente dotado de recursos un aumento de los mismos no resulta relevante en el rendimiento de los alumnos. Además, la evidencia analizada siempre muestra efectos mucho más favorables de los recursos en centros y alumnos desfavorecidos, motivo por el cual, la reducción de la financiación no debe afectar a este tipo de centros.

 

Con respecto al profesorado, puede concluirse que reducir la cantidad de alumnos por profesor puede tener un efecto positivo sobre el logro académico, en especial en las etapas iniciales del sistema educativo. Ahora bien, en general, para obtener efectos beneficiosos significativos es necesaria una inversión elevada que seguramente sería mejor destinar a mejorar la calidad del profesorado. En cualquier caso, parece suponer que existe un intervalo por encima del cual un mayor número de alumnos incide negativamente en el rendimiento, y por debajo del cual disponer de más recursos en profesorado no aporta beneficio alguno. En opinión de los autores, la búsqueda de la evidencia empírica debería insistir en el estudio de dichos intervalos. También, se ha podido observar que los conocimientos y capacidades del profesorado, así como su salario, y parcialmente los años de experiencia docente, inciden positivamente sobre el rendimiento del alumnado. En cualquier caso, las investigaciones sugieren que es mejor invertir en la calidad del profesorado que en aumentar su cantidad en las escuelas. Esta consideración puede ser más relevante si se trata de alumnos desfavorecidos (especialmente si son inmigrantes).

 

En suma, la revisión de la literatura muestra cómo los recursos educativos no parecen irrelevantes si se desea mejorar el rendimiento académico del alumnado. Sin embargo, esta conclusión no implica que cualquier inversión sea acertada.

 

En el análisis relativo al segundo objetivo, se han planteado qué papel juegan los recursos educativos a la hora de determinar la adquisición de la competencia de lectura. Como era de esperar, destacan las variables personales y relativas al origen familiar. Además, resulta especialmente reseñable la fuerte incidencia positiva de la educación infantil. Sin embargo, no resultan significativas la mayor parte de las variables que se han incorporado al análisis con objeto de identificar los recursos disponibles del centro. Sin embargo, destaca la obtención de un resultado en principio contra intuitivo, que se podría explicar mediante una relación de  causalidad inversa: tanto la ratio de alumnos por aula como la ratio de alumnos por profesor tienen un efecto positivo sobre los resultados; es decir, se asocian ratios más altos (más desfavorables) con mejores resultados. La posible causalidad inversa viene por dos vías: la asignación de una mayor cantidad de recursos a los alumnos con peores resultados, y por otra, la atracción de una mayor cantidad de alumnos (que empeoran los ratios) por parte de las escuelas identificadas por los padres como “mejores” y que suelen alcanzar mejores resultados.

 

Por último, presentan una réplica del análisis de factores determinantes de los resultados aplicada a diferentes tipos de alumnos (en función del tipo de centro, la categoría socioeconómica familiar, nacionalidad y renta): un efecto no significativo de la mayor parte de variables relativas a los recursos del centro junto con un efecto positivo, atribuible a la causalidad inversa, de las dos variables relativas a la disponibilidad del profesorado.

 

En resumen, un mayor gasto en recursos para el centro, no conlleva necesariamente una mejora en los resultados obtenidos. Habrá que observar los intervalos de asignación de recursos en cada centro, junto con el análisis de a qué, y como se invierte.

ENLACES

http://www.oecd.org/pisa/pisaproducts/pisainfocus/PISA%20in%20Focus-n%C2%B013%20ESP_Final.pdf
http://www.elmundo.es/espana/2013/12/03/529df1e20ab740b0288b458a.html
http://www.rtve.es/noticias/20131203/informe-pisa-senala-mal-reparto-del-gasto-educativo-horas-lectivas/809343.shtml