05 Mar 2018

«Demografía universitaria», una reflexión sobre la estructura, evolución y plantillas del PDI

El pasado 2 de Marzo y ante más de 40 rectores y vicerrectores de universidades españolas, se celebró una jornada de debate en la sede de la UNED, con motivo de la publicación del último Cuaderno de Trabajo Demografía universitaria: estructura, evolución y plantillas del PDI en las universidades públicas, elaborado por un grupo de investigadores de Studia XXI.

Autoría Comunicación UNED

En el noveno cuaderno de la serie, los autores destacan que el fenómeno del «envejecimiento» del profesorado de las universidades públicas españolas responde a un problema estructural, ya su aparición es anterior a la reciente crisis económica y a las medidas de contención y reducción del gasto público en educación.

Esta realidad se refleja en la edad media de los Catedráticos de Universidad (58,64 años) y en la de los profesores titulares (52,76), que se suma a una disminución del 10% de la plantilla durante el periodo considerado (2008-2014). Además, los autores destacan que la figura del PDI entre 30 y 40 años supone un 15,10% del total; los menores de 30 años representan un 1,23%.

Esta situación de precariedad de los jóvenes profesores e investigadores da lugar a huidas masivas a otros espacios universitarios, ya sean europeos o americanos además de desincentivar la carrera académica para futuras generaciones.

En relación a la ratio mujer/varón se ha observado la existencia de un techo de cristal en todas las franjas de edad, además del hecho de que las mujeres representan poco más de un 20% en la plantilla de catedráticos. Al mismo tiempo, se ha producido un retroceso del profesorado funcionario dando lugar a un avance de profesorado contratado; el SUPE ha reducido su plantilla en 3.367 personas, en el periodo de 2008 y 2014. Esto implica una minoración de 5.304 personas del colectivo PDI funcionario y  un aumento de 1.940 personas para el PDI contratado.

Como posibles soluciones, se planteó la necesidad de dotar de una mayor autonomía a las universidades, ya que la relación actual entre la Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas deja poco espacio a las universidades para articular sus políticas de profesorado. Además, se propuso aprovechar el desbloqueo de las tasas de reposición, liberando así a las universidades de su techo de gasto y pudiendo facilitar que éstas asuman su propia responsabilidad en la gestión de personal.

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