28 Abr 2022

Más allá de la COVID 19: aprendiendo a mejorar (I)

Los aprendizajes obtenidos con motivo de la COVID 19 en nuestras escuelas han implicado al departamento de investigación de Sociedad y Educación, y en particular al equipo de profesores que, a lo largo de tres años, han desarrollado los elementos del programa LEI, una aportación al liderazgo educativo basado en una perspectiva de educación integral.

La educación de cada estudiante, a lo largo de su paso por la escuela, debería basarse en la aspiración de que todas las dimensiones de su persona estén relacionadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje; y, asimismo, en depositar en todos ellos altas expectativas, sean cuales sean las condiciones o dificultades imputables a su origen social o cultural, a su raza, sexo o religión.

En colaboración con Porticus  Iberia hemos lanzado un programa de formación dirigido a profesores, orientadores y tutores de centros educativos que atienden a los alumnos en situación de adversidad o de vulnerabilidad, con el objetivo de reforzar la capacitación de los profesionales para reforzar su desempeño en cuatro áreas de intervención educativa, protagonizadas por:

1. 1. 1. Los profesores, en el uso de aprendizajes y evaluaciones basados en competencias.
      2. Los tutores, en el acompañamiento de los alumnos y las familias durante el proceso de enseñanza-aprendizaje;
      3. Los orientadores, en la aplicación de una perspectiva integral en su orientación personal y académica a los alumnos y las familias.
      4. Estudiantes voluntarios, en el apoyo a los estudiantes en riesgo de fracaso escolar a través de actividades.

Los contenidos de cada curso de han diseñado mediante una metodología de peer-learning. A través  facilitador, un equipo de expertos, no más de 10, construyen una comunidad de aprendizaje recíproca, compartiendo conocimiento, ideas y experiencias.

Esto permite determinar qué contenidos son prioritarios y se ajustan mejor a las necesidades formativas de los perfiles profesionales que trabajan en centros de especial dificultad. Resumimos a continuación dos de los cursos celebrados y la valoración de sus responsables.

TUTORES Y FAMILIAS, ¿UN PROBLEMA DE COMUNICACIÓN?

Javier Vidal, Doctor en Filosofía por la Universidad de Salamanca y Profesor Titular de la Universidad de León en el área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación ha dirigido el grupo de pares sobre tutores y familias, en colaboración con un equipo de profesores del Grupo ÉVORI: Elena del Pozo,  Teresa Girón, Diego González,  Héctor González-Mayorga y Agustín Rodríguez.

El  29 de marzo finalizó con éxito el curso “La tutoría en secundaria bajo la perspectiva de una educación integral”. Durante este curso de formación, dirigido a tutores y profesores de centros públicos situados en contextos vulnerables, se tenía como meta alcanzar nuevos objetivos cognitivos, procedimentales y actitudinales en sus alumnos.

En las sesiones presenciales, se han realizado actividades de simulación y se han analizado casos presentados por tutores en ejercicio de la Comunidad de Madrid. Les hemos preguntado a los profesores que han impartido el curso cómo ha sido el desarrollo de estas sesiones y aquí os contamos algunas de sus experiencias.

1.¿En tu opinión, Javier, qué valor aporta este curso a los profesores de secundaria? 

El curso ofrece una visión completa de las dificultades de actuación de los tutores en Educación Secundaria: el centro, el profesorado, el aula, el alumnado y las familias. Planteamos estudios de caso reales, con el fin de que los participantes puedan analizar y sacar conclusiones para su práctica diaria. Entre las conclusiones, hacemos especial incidencia en las actuaciones viables en los centros en los que ejercen su labor. Con ello, creemos ofrecer herramientas útiles para mejorar la acción tutorial.

2. ¿Qué repercusión crees que puede tener este curso en los alumnos?  

Creemos que los participantes saldrán del curso con ideas suficientes tanto para mejorar su trabajo individual como para impulsar actuaciones de mejora con sus compañeros o con el centro en su conjunto. Gran parte de estas ideas están surgiendo de los debates y de las experiencias de otros participantes, lo que hace que tengan el valor de estar siendo ya aplicadas por algunos de ellos.

3. ¿Cuáles son tus primeras impresiones?

Tenemos la impresión de que la acogida del curso es excelente. Los participantes valoran de forma muy positiva la metodología activa adoptada en él. El hecho de que todos y cada uno de ellos pueda enriquecerse de las experiencias de los demás es un punto que han destacado como muy favorable a lo largo de las sesiones. El equipo de profesores ha diseñado una dinámica que se está implementando con éxito (eso creemos), pero valoramos enormemente lo que estamos aprendiendo de la realidad de las tutorías en centros de contexto vulnerables y estamos muy satisfechos de poder colaborar con profesionales de la calidad y dedicación como la que están demostrando los participantes en el curso.

ORIENTACIÓN INTEGRAL (OI), UN NUEVO MODELO: LAS ESCUELAS VULNERABLES

Mónica Fontana y Celia Camilli, profesoras e investigadoras de la Universidad Complutense de Madrid, coordinan el peer-Learning centrado en Orientación educativa, con el objetivo de explorar qué expectativas y aspiraciones personales, académicas y profesionales hay que alimentar en este tipo de alumnado y cómo fomentarlas entre los niños y jóvenes,  a través del trabajo con el profesorado de los centros educativos.

Ambas profesoras comentan tras esta experiencia de formadoras que «las principales herramientas facilitadas para el trabajo colaborativo entre los equipos docentes y directivos han sido detección de necesidades, árbol de problemas, prácticas basadas en la escucha y reflexión y en compartir puntos de vistas y experiencias».

La implicación y la satisfacción final de los participantes ha sido muy positiva.

Celia y Mónica consideran que «el curso ofrecido para la implementación de una orientación integral ha ayudado a reconocer todos los factores  que confluyen en el logro académico y, por lo tanto, a plantear respuestas holísticas. Por otro lado, la propia metodología participativa ha hecho que los orientadores hayan vivido en primera persona las diferentes dimensiones del modelo reconociendo la necesidad de recibir este tipo de formación antes de la intervención con sus estudiantes».