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20 Oct 2020

¿Por qué abandonan los jóvenes los estudios?

El abandono prematuro es señalado como uno de los problemas más graves del sistema educativo español. La Fundación Sociedad y Educación está elaborando un Mapping sobre Abandono educativo Temprano, en el que trata de identificar por qué y dónde falla el sistema, así como las oportunidades de intervención que pueden contribuir a reducir este grave problema social y educativo, con especial atención a las soluciones que pueden aportar los enfoques de desarrollo integral.

 

Entrevistamos a Manuel Valdés y a Rafael López Meseguer, investigadores de la Unidad de Observación y Evaluación (EFSE), quienes están llevando a cabo tanto la conceptualización teórica del proyecto como la investigación cuantitativa y cualitativa de este estudio, respectivamente.

 

Para empezar, Manuel, ¿podrías explicarme brevemente cuál es la situación actual de España respecto al abandono escolar temprano?

 

La manera más habitual de describir el abandono escolar temprano es a través del porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que no han completado ni están matriculados en ningún nivel de educación postobligatoria. España ha presentado históricamente cotas de abandono muy elevadas, llegando al 31,7% en el año 2008.

No obstante, la crisis económica y el elevadísimo desempleo juvenil provocaron un intenso retorno escolar a la vez que frenaron muchas decisiones de abandono prematuro. El resultado es una tendencia decreciente, que se concreta en una tasa de abandono del 17,3% en el año 2019.

Ahora bien, debe tenerse en cuenta que, mientras que en el País Vasco la estadística se sitúa en el 6,7%, en Ceuta se eleva hasta el 24,7%. En Andalucía, la estadística de abandono escolar temprano en el año 2019 se situó en el 21,6%, por encima de la media nacional.

 

Rafael, ¿cuáles son los principales factores que, a partir de vuestra investigación, más influyen en que los jóvenes dejen de estudiar?

 

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el abandono es consecuencia de un proceso de desconexión con la escuela, y que puede tener muchas causas.

Los estudiosos sobre el tema suelen hablar de tres tipos de causas: las que son atribuibles al alumno, a la escuela y al contexto. El objetivo de nuestro estudio, en la parte cualitativa, es profundizar en esas posibles causas desde la perspectiva de quienes abandonan.

Aunque aún es pronto para ofrecer una respuesta, porque todavía estamos realizando el trabajo de campo, hemos documentado muchas y muy diferentes trayectorias educativas de abandono: desde personas con una clara falta de motivación, que desencadena en procesos de malos resultados académicos y desinterés hacia la escuela, hasta personas que han sufrido malos tratos en el ámbito familiar, con consecuencias en el rendimiento educativo; desde alumnos que han respondido de manera agresiva al bullying que previamente han sufrido, desarrollando hábitos de comportamiento violento y delictivo, hasta alumnos afectados por la muerte de sus progenitores.

 

Como decía antes, a diferencia de la generalización estadística, lo que permite el estudio cualitativo es profundizar en las causas desde la perspectiva de quien abandona. En ese sentido, podríamos decir que cada historia de abandono es un mundo, aunque efectivamente podamos trazar elementos comunes a todas ellas, precisamente gracias a la estadística. De ahí la importancia de complementar unas técnicas de investigación con otras.

Fuente: Fundación Don Bosco. Escuelas Segunda Oportunidad.

Manuel ¿qué tipo de alternativas encuentra un joven que quiere volver a incorporarse al sistema educativo? 

 

El retorno al sistema educativo de un alumno en situación de abandono depende en gran medida del momento en que se produjo ese abandono.

Alrededor de tres cuartas parte de los alumnos que abandonan lo hacen antes de completar la Educación Secundaria Obligatoria, lo que dificulta de forma notable su retorno.

Un alumno que no dispone aún del título de ESO debe matricularse en la Educación para Adultos para su finalización, presentarse a las pruebas libres para la obtención del título de ESO o realizar los exámenes de acceso a Formación Profesional de Grado Medio o Grado Superior.

 

Debe tenerse en cuenta que estos procesos de preparación no afectan a la estadística de abandono, dado que no suponen la matriculación en un nivel postobligatorio. En cambio, cuando los alumnos sí lograron completar la ESO y abandonaron con posterioridad, el retorno se produce directamente a través del Bachillerato o un ciclo formativo.

 

Por otra parte, los jóvenes que se encuentran en situación de abandono pueden acceder a distintos programas formativos dirigidos a adquirir un certificado de profesionalidad. Esta opción, que no constituye estrictamente una vía de retorno al sistema educativo ni afecta a la estadística de abandono escolar temprano, sí permite a los alumnos mejorar sus niveles de cualificación profesional en pocos meses e incrementar sus posibilidades de incorporación laboral.

 

Uno de los Case Study que presentaréis en el informe es sobre las Escuelas de Segunda Oportunidad de Don Bosco. Rafael, ¿podrías contarme brevemente cómo influye este programa en los jóvenes? 

 

Tanto Manuel como yo tuvimos la oportunidad de ver cómo trabajan los profesionales de Don Bosco en la integración socioeducativa de los chicos y chichas matriculados en esta escuela de segunda oportunidad. Como decía antes, los alumnos que abandonan la escuela suelen pasar por procesos de desvinculación con la escuela, por diferentes motivos, que dan lugar al abandono.

 

Así pues, la primera labor que debe guiar a los profesionales que trabajan en el ámbito del retorno es volver a conectar a los jóvenes con algún tipo de educación, ya sea de tipo reglado o informal. Y ello suele hacerse de dos maneras: en primer lugar, hay que tener en cuenta que muchos de los jóvenes que abandonan suelen tener circunstancias adversas que, de una forma u otra, les han obstaculizado en su paso por el sistema educativo.

Siendo así, la atención personalizada y el trabajo social suelen ser un primer paso necesario para posibilitar la vuelta y la continuidad en algún programa formativo.

En segundo lugar, estos chicos y chicas suelen tener un desfase curricular importante, unido a unos hábitos de estudio poco desarrollados. De ahí la importancia de trazar con ellos itinerarios formativos flexibles, a la vez que van descubriendo qué tipo de ocupación les interesa, participando en procesos de orientación personalizados. Estas dos cuestiones que he señalado las hemos visto bien reflejadas en el trabajo que realizan en Don Bosco, junto a la calidad humana de sus profesionales.

Entrevista realizada por Livia de Cendra. EFSE

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