Publicado el 30 Ene 2015 / Sin comentarios
Por Gabriela Sicilia (UCM). Fundación Europea Sociedad y Educación.
Agrupar a los estudiantes en clases homogéneas dentro de los colegios basándose en las características del alumnado es una de las estrategias que pueden implementar los directores y que, a menudo, es un foco de debate entre los actores involucrados en el proceso educativo. Generalmente, la agrupación se lleva a cabo según la habilidad previa de los alumnos (medida a partir del desempeño académico en cursos anteriores), lo cual tiene dos efectos potenciales sobre el rendimiento de los alumnos que pueden impactar en direcciones opuestas en aquellos alumnos de más bajo desempeño. Por un lado, el agrupamiento incrementa la eficiencia de los profesores ya que pueden adaptar y focalizar mejor sus métodos de trabajo y técnicas de enseñanza a las necesidades específicas de cada grupo. Este efecto beneficiaría a todos los alumnos, tanto a los que presentan alto desempeño como a los de bajo desempeño. Por otra parte, existe el llamado “efecto de pares” o “efecto compañeros” que relaciona el rendimiento de los compañeros de clase con el propio rendimiento del alumno. Así, a mayor rendimiento académico de los compañeros, mejor desempeño del alumno y, por tanto, el agrupamiento tendría efectos positivos sobre los alumnos de alto desempeño y efectos negativos sobre aquellos alumnos de bajo desempeño. En definitiva, el efecto neto de agrupar a los estudiantes en clases más homogéneas según su habilidad dependerá de la magnitud de los dos efectos comentados anteriormente.
En un reciente estudio Does sorting Students Improve Scores? An Analysis of Class Composition, publicado por el National Bureau of Economic Research[1], los autores analizan los efectos de agrupar a los estudiantes según su desempeño previo en matemáticas y lectura en estudiantes de cuarto curso de educación primaria en Dallas (Estados Unidos)[2]. Para ello, estiman mediante variables instrumentales (VI) el impacto de agrupar a los alumnos en clases homogéneas sobre el resultado en matemáticas y lectura. Es importante destacar que, a diferencia de la mayoría de los estudios previos, la metodología de este estudio (VI) permite controlar por la potencial presencia de endogeneidad[3] y obtener así estimaciones consistentes y robustas[4].
Tabla 1. Efectos del agrupamiento según resultado en las pruebas en el curso anterior
Variable independiente: Índice de agrupamiento |
Variable dependiente |
||
Matemáticas |
Lectura |
||
Total alumnos |
0,6447*** |
0,4387*** |
|
Alto-desempeño |
0,7098*** |
0,4909*** |
|
Bajo-desempeño |
0,5505*** |
0,3502*** |
|
Fuente: Collins y Gan (2013) | |||
Nota: El índice de agrupamiento se computa como la ratio entre la variabilidad en el resultado académico dentro del colegio y la variabilidad en el resultado académico dentro del grupo. Mayores valores del índice suponen grupos más homogéneos (agrupamiento). Para mayor detalle ver Collins y Gan (2013, p.11) // Cada uno de los valores corresponden a coeficientes de regresiones independientes del resultado académico normalizado sobre el índice de agrupamiento y diversas variables de control relacionadas a los alumnos, profesores y al colegio// Los alumnos se clasifican en alto o bajo desempeño según la posición que ocupan en la distribución del resultado en cada prueba en el curso anterior.// *** Coeficientes significativos al 1% de confianza. |
Como se observa en la tabla, los autores encuentran efectos positivos y significativos del agrupamiento por desempeño tanto sobre el resultado en matemáticas como en lectura, con mayores efectos en el primer caso. La conclusión que resulta más interesante aún es que este efecto es significativamente positivo tanto para los alumnos de alto desempeño como para los de bajo desempeño. Es decir, para aquellos alumnos de bajo desempeño, la ganancia en el resultado académico asociada a la mejora de la eficiencia y mayor atención de los profesores logra compensar el impacto negativo que se produce por privar a estos alumnos de tener mejores compañeros de clase.
Esta evidencia tiene importantes implicaciones en materia de política educativa, ya que la agrupación homogénea es una práctica que no requiere, en la mayoría de los casos, recursos adicionales para ser implementada sino que se basa en reasignar a los alumnos de una manera más eficiente. Parecería, por tanto, una práctica recomendable y basada en una evidencia robusta, el llevar a cabo evaluaciones de este tipo en otros sistemas educativos para valorar el verdadero efecto neto del agrupamiento por habilidades de los alumnos y evaluar en cada caso, si efectivamente el “orden” de los factores altera el producto.
ENLACES
http://cega.berkeley.edu/assets/cega_research_projects/14/Peer_Effects_and_the_Impact_of_Tracking.pdf
http://www.oecd.org/pisa/keyfindings/Vol4Ch2.pdf
[1] Collins, C.A. y Gan, L. (2013) ‘Does sorting students improve scores? An analysis of class composition’, NBER, disponible en http://www.nber.org/papers/w18848http://www.nber.org/papers/w18848http://www.nber.org/papers/w18848
[2] Los autores también analizan el impacto de agrupar a los estudiantes según otros criterios, pero por razones de extensión no son comentados en esta entrada.
[3] La decisión de agrupar o no a los alumnos en muchos casos está asociada a factores o características no observables por el investigador que también afectan al resultado académico de los estudiantes, lo cual produce un sesgo en las estimaciones por la presencia de endogeneidad (variables no observadas).
[4] En esta línea, en un interesante experimento aleatorio llevado a cabo en Kenia para evaluar el efecto del agrupamiento según desempeño previo, Duflo et al. (2011) obtienen resultados similares a Collins y Gan (2013).
Etiquetas: Agrupamiento de alumnos / Rendimiento académico
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