Publicado el 03 Jun 2025 / 2 comentarios

El retorno educativo en la comunidad de Madrid

Carlota Humet – Universidad Francisco de Vitoria y Fundación Europea Sociedad y Educación.

El consejo escolar de la comunidad de Madrid, junto con la Fundación Europea de Sociedad y Educación, acaba de presentar en el congreso Hoy Empieza Todo la publicación El retorno educativo en la Comunidad de Madrid.

El abandono escolar temprano continúa siendo un desafío en España. Según los datos recogidos en 2024, la Comunidad de Madrid registra una tasa del 10,5%, situándose entre las regiones con menor porcentaje del país. Aún así, esta cifra representa a 60.000 jóvenes de entre 18 y 24 años que han dejado los estudios con la titulación de la ESO o sin haberla completado, lo cual sigue siendo preocupante, y establece un amplio margen de mejora.

Para analizar correctamente el retorno educativo, la Fundación Europea Sociedad y Educación adoptó un enfoque metodológico mixto, integrando perspectivas cuantitativas y cualitativas. Se ha realizado una muestra representativa compuesta por centros de Educación Secundaria para Personas Adultas, Bachillerato para personas adultas, Acceso a la Universidad, Formación Profesional Básica, Acceso a Ciclos Formativos de Grado Superior y Programas Profesionales en Unidades de Formación e Inserción Laboral (UFIL), un total de 1888 estudiantes a los que se les pasó un cuestionario diseñado ad hoc con cuatro escalas.

El estudio se completo cualitativamente con un guion semiestructurado en base a las dimensiones del cuestionario en el que participaron 5 educadores (directivos y orientadores). Contó con la colaboración de más de 40 centros educativos y del consejo escolar de la Comunidad de Madrid. Los objetivos principales han sido, por un lado, comprender la realidad del abandono educativo temprano en la región y, por otro, identificar los factores que influyen en la decisión de retomar o continuar la formación a través de enseñanzas dirigidas a personas adultas.

Causas del abandono escolar temprano en Madrid

El análisis realizado muestra que la principal causa está relacionada con la vivencia personal del alumnado respecto al estudio: un 54,9% menciona la falta de motivación, la frustración con ciertas asignaturas, la inseguridad en sus capacidades o la falta de conciencia sobre la importancia de terminar los estudios. Le siguen otros factores como el deseo de independencia económica (49,2%) y la escasa orientación académico-profesional recibida durante su etapa educativa (45,6%). En cambio, aspectos como los problemas familiares, las conductas de riesgo o el entorno escolar tuvieron un peso menor en su decisión.

Hay diferencias según el tipo de programa educativo en el que estén matriculados destacando, por ejemplo, el deseo de emancipación como un motivo especialmente relevante en los Programas Profesionales (UFIL), y la falta de orientación como causa principal en quienes cursan Bachillerato o preparación para el acceso a ciclos superiores.

Por otro lado, el estudio cualitativo revela un elemento común a casi todos los casos: la pérdida progresiva de autoestima. Esta baja confianza en uno mismo actúa como detonante silencioso que va debilitando la motivación y generando una percepción negativa sobre la capacidad para estudiar o prosperar. En muchos casos, esta inseguridad está ligada a contextos de vulnerabilidad social o situaciones familiares complicadas, lo que se traduce en una “herencia” de dificultades estructurales que limitan las oportunidades educativas. También se observa cierto desapego hacia el sistema educativo, alimentado por experiencias negativas con algunos docentes o por la percepción de que la escuela no ofrece respuestas útiles a sus necesidades reales. 

El abandono escolar no suele deberse a una única causa, sino a la acumulación de factores personales, sociales y educativos que erosionan progresivamente el vínculo con el aprendizaje.

Consecuencias del abandono escolar temprano en Madrid

Las consecuencias, según el propio testimonio del alumnado encuestado, se centran principalmente en el desarrollo de un sentimiento de responsabilidad y preocupación por el futuro (55,2%). A esta sensación se suman las dificultades de acceso al empleo y de desarrollo profesional (45,8%), lo que confirma el impacto que esta decisión tiene sobre su trayectoria vital. En cambio, aspectos como el deterioro de las relaciones sociales han sido percibidos como menos relevantes (22,2%).

Desde el punto de vista cualitativo, el abandono escolar no solo intensifica la baja autoestima que ya existía antes de la decisión de dejar los estudios, sino que además alimenta una percepción negativa de uno mismo. Aplicando la teoría del “yo espejo” de Cooley, se puede entender cómo las personas interiorizan una imagen social deteriorada tras el abandono, lo que condiciona su comportamiento futuro: miedo a reincidir, inseguridad constante y escasa confianza en sus capacidades. Esta percepción se proyecta no solo en el ámbito educativo, sino también en el social y laboral, generando, en los casos más graves, problemas de integración y trayectorias marcadas por el desempleo o la precariedad. 

Las consecuencias del abandono se prolongan más allá de lo académico, afectando a la identidad, las oportunidades y la estabilidad emocional de quienes lo han experimentado.

Motivos que influyen para regresar al sistema educativo 

Principalmente, juegan un papel importante tanto el deseo de crecimiento personal (82,3%) como la voluntad de alcanzar metas académicas y profesionales (82,2%). Las mujeres, en general, muestran haber tomado la decisión en base a un mayor número de argumentos, destacando especialmente la superación personal. 

El deseo de superación, más valorado por quienes ya habían abandonado previamente los estudios, es la razón más destacada entre quienes cursan Bachillerato, Educación Secundaria para adultos o programas de acceso; por otro lado, en la Formación Profesional Básica y los Programas Profesionales (UFIL) las metas académicas y laborales ocupan el primer lugar, razón más acaecida entre aquellos que no se alejaron del sistema educativo. 

El enriquecimiento de las relaciones personales no es una de las motivaciones con mayor peso. Sin embargo, algunos ítems de esta dimensión —como querer que familiares y amigos se sientan orgullosos— sí tienen un papel simbólicamente relevante. Desde una perspectiva cualitativa, el impulso por recuperar la autoestima perdida aparece como el hilo conductor de muchas de estas decisiones. A veces, este cambio surge de un momento de madurez; otras, como respuesta a experiencias laborales precarias; y en algunos casos, por influencia familiar o por la necesidad de dar un nuevo sentido al tiempo libre. En cualquier caso, retomar los estudios se convierte, para muchos, en una forma de reconstruirse personal, social y profesionalmente.

Dificultades asociadas a la experiencia educativa actual  

La dificultad más destacada se relaciona con el proceso de aprendizaje (49,2%), lo que pone de relieve la necesidad de contar con apoyos didácticos más eficaces y adaptados a sus características. A esta le siguen los problemas para conciliar el estudio con otras responsabilidades (39,1%), como el trabajo o la vida familiar, y las barreras actitudinales hacia el estudio (37,5%), muchas veces ligadas a inseguridades o experiencias previas negativas.

Por el contrario, las dificultades económicas o la falta de apoyo social (19%) y los problemas derivados de la organización de la oferta educativa (25,5%) parecen tener un impacto menor. Estos datos subrayan que, si bien hay factores estructurales que influyen, son los aspectos personales, emocionales y de gestión del tiempo los que más condicionan la continuidad y el éxito de estos estudiantes en su proceso formativo.

Conclusiones y recomendaciones 

El análisis de los resultados del estudio pone de manifiesto una red de factores estrechamente interconectados que inciden en el abandono educativo temprano. Entre ellos destacan, desde la perspectiva del alumnado, la escasa orientación académico-profesional, una relación difícil con el estudio y el deseo de emancipación.

Además, también queda reflejado que el abandono escolar responde a una trayectoria marcada por el absentismo, la repetición de curso o la falta de conciencia sobre la importancia de finalizar los estudios. En este sentido, factores como la frustración académica o la baja autoestima juegan un papel crucial, especialmente en quienes experimentan una sensación de desbordamiento o falta de confianza en sus capacidades.

Además, el tiempo transcurrido entre el abandono y el retorno marca diferencias relevantes: los estudiantes que regresan antes tienden a valorar más motivos superables a corto plazo, como los conflictos con el profesorado o el entorno escolar. En cambio, quienes vuelven tras un periodo más largo atribuyen su abandono a obligaciones personales difíciles de sortear.

Entre las consecuencias más frecuentes del abandono destacan el sentimiento de responsabilidad y preocupación por el futuro, así como las dificultades en la inserción laboral. Estas vivencias, según el profesorado, suelen estar acompañadas de una pérdida profunda de autoestima, con efectos negativos sobre la autopercepción y el proyecto de vida del alumnado.

En cuanto a los motivos que impulsan el retorno a la educación, destacan el desarrollo personal y las aspiraciones académicas y profesionales. Estos motivos varían ligeramente según la edad y el tipo de formación: el deseo de superación es más fuerte en quienes cursan enseñanzas generales, mientras que las aspiraciones profesionales predominan en el alumnado de formación profesional básica y programas orientados al empleo.

Las barreras más determinantes son las relacionadas con el proceso de aprendizaje, la conciliación de responsabilidades y la actitud hacia el estudio. Esto refuerza la necesidad de diseñar acciones educativas que fortalezcan la autoconfianza, fomenten la motivación y reconozcan el valor del aprendizaje a lo largo de la vida.

Los docentes participantes subrayan la importancia de consolidar un modelo propio de enseñanza para personas adultas, basado en cuatro pilares: una escuela acogedora, una oferta flexible, una orientación clara hacia el empleo y la profesionalización del profesorado del sector.

Propuestas de futuro

El informe fue objeto de una sesión de trabajo, organizada por el consejo escolar, donde se perfilaron una serie de líneas de trabajo y propuestas integrales dirigidas a la prevención del abandono escolar y al fomento del retorno educativo, aprobadas recientemente por la Comisión Permanente del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid.

Se enfatizó la necesidad de una mayor coordinación entre la comunidad educativa y agentes externos, favoreciendo la vinculación con empresas del entorno que faciliten el conocimiento del mundo laboral a través de la realización de prácticas, visitas o estancias. Propone establecer una figura de un coordinador de intermediación laboral que facilite la implementación de 4ESO + empresa, además de establecer bonificaciones para empresas que acojan alumnos en prácticas, creando espacios de coordinación entre empresas, centros educativos, y la administración local y autonómica. 

El modelo de intervención educativa propuesto se sustenta en principios que contemplan una formación integral, la motivación por el aprendizaje, la autonomía a través del autoconocimiento, la autoestima y el compromiso con la superación personal, apoyados por una orientación personal. Es importante establecer procesos de acogida y acompañamiento individualizado del alumnado, especialmente en transición entre etapas, a través de la acción tutorial para fortalecer pertenencia al centro y la responsabilidad.

Asimismo, se reconoce la importancia fundamental de contar con recursos humanos cualificados, estables y comprometidos, así como de potenciar la formación continua del profesorado en atención a colectivos vulnerables y en estrategias preventivas frente al abandono. Se plantea ofrecer cursos de formación específicos para el profesorado de programas y centros de Formación Profesional Básica (FPB), Centros de Educación para Personas Adultas (CEPA), Unidades de Formación e Inserción Laboral (UFIL) y Aulas de Compensación Educativa, además de reconocer al profesorado que trabaja en centros con alumnado de especial vulnerabilidad, evitando que estos puestos se puedan asignar a profesionales sin experiencia o sin la formación pedagógica específica. La implicación activa de las familias y la difusión de buenas prácticas constituyen a su vez mecanismos clave.

Estas propuestas, entre otras que se analizan en el informe, configuran un marco de actuación coherente y amplio, orientado a generar oportunidades educativas y a construir proyectos de vida sólidos para los jóvenes, contribuyendo de manera significativa a la mejora del sistema educativo en la Comunidad de Madrid.