Publicado el 04 Dic 2017 / 3 comentarios
Autor: Pau Marí-Klose. Universidad de Zaragoza.
Fuente: Resumen del comentario del autor incluido en Indicadores comentados sobre el estado del sistema educativo español 2017. Fundación Areces y Fundación Europea Sociedad y Educación. 2016.
De acuerdo con el diccionario de la RAE, la resiliencia es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. Trasladada al contexto educativo, donde está tan de actualidad, se entiende por resiliencia la capacidad del estudiante de superar las dificultades y retos que conlleva obtener buenos resultados en un hogar en situación poco favorecida.
En el gráfico que mostramos a continuación, vemos que el porcentaje de alumnos resilientes en España es superior en 10 puntos a la media de la OCDE, sólo superada por Estonia.
Porcentaje de estudiantes resilientes según los resultados en la prueba de ciencias. PISA 2015.
La aportación del profesor Marí-Klose, que a su vez se inspira en los trabajos de Bronfenbrenner (1979) y de Casillas (2008), propone un modelo donde se distinguen cuatro dimensiones de la resiliencia académica: la individual, la escuela, la comunidad y la familia.
La dimensión individual incluye diversas características psicológicas que promueven respuestas positivas ante la adversidad: la confianza en uno mismo, el sentido de la autonomía, la motivación para incidir de forma efectiva sobre el entorno, la capacidad de autorregulación emocional, la capacidad de encontrar solución a dilemas interpersonales (Rutter 1987; Schooner et al. 2004), etc. Desde este punto de vista, estas cualidades resultan decisivas en episodios críticos de la vida de las personas, modificando la reacción hacia factores de riesgo. Esta dimensión personal se puede interpretar como una condición necesaria pero no suficiente para llegar a la resiliencia.
Algunas cualidades de los alumnos resilientes resultarán decisivas en en su vida.
La escuela constituye una segunda dimensión relevante de la resiliencia. El clima escolar, y en especial la relación con profesores y compañeros, influye de manera decisiva en las probabilidades de éxito académico de estudiantes que se encuentran en situaciones de adversidad; las escuelas pueden aportar elementos clave: equipos directivos con capacidad de liderazgo, presencia de profesores motivados, apoyo de mentores, actividades extracurriculares, etc. También puede ser clave la capacidad de la escuela de forjar complicidades con agentes comunitarios y con las propias familias. La mejora de los vínculos familia-escuela es una de las estrategias más importantes establecidas por organismos internacionales como la Comisión Europea (2011) y la OCDE (2012) para reducir el fracaso escolar y el abandono prematuro de los jóvenes del sistema educativo.
Estrechar los vínculos entre familia y escuela disminuye el fracaso escolar y el abandono prematuro.
La tercera dimensión que estudia el profesor Marí-Klose es la comunidad. El acceso a bibliotecas, transporte u otros servicios públicos disponibles puede influir en el rendimiento educativo del alumnado. Y, también, la comunidad entendida como contexto social donde los niños adquieren actitudes y comportamientos pro-académicos. Cuando los niños están rodeados de adultos que representan modelos de comportamiento positivo, se favorece la resiliencia (Bandura 1992).
Modelos de comportamiento positivo, estilos parentales y relaciones sociales intensas favorecen el éxito educativo.
La cuarta dimensión de la resiliencia tiene que ver con las actividades familiares. En un sentido restringido, algunos investigadores se han centrado en los aspectos estructurales de los vínculos familiares (por ejemplo, la convivencia o no de los dos progenitores con el niño) y de los vínculos que las familias establecen con su entorno (la relación de los padres con los padres de amigos del niño, la de los padres con los agentes educativos), así como la intensidad de estas relaciones. Otros investigadores hacen un uso más laxo del concepto de capital social, que tiene en cuenta el sentido o contenido de la relación (comunicación, control, apoyo, expresión de afecto, etc.) y los roles y normas que se ejecutan. Desde este punto de vista, el elemento clave que favorece el éxito educativo son los estilos educativos parentales.
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GRACIAS, EXCELENTE INFORMACION.
me fue muy util la informacion Gracias
Desde 2002 mi línea de investigación es la resiliencia en la educación superior, deseo compartir un artículo en donde doy a conocer hallazgos en una Universidad pública, también me interesa establecer contacto con estudiosos con líneas de investigación afines. Muchas gracias.