Publicado el 27 Feb 2024 / 2 comentarios
Autores: James Murphy, Middlebury College y Fundación Europea Sociedad y Educación, y Miguel Ángel Sancho, presidente de la Fundación Europea Sociedad y Educación.
McKinsey acaba de publicar el informe Spark & Sustain: How all the world’s school systems can improve learning at scale con el objetivo de entender cómo los sistemas escolares de todo el mundo pueden reactivar el crecimiento y recuperarse de las pérdidas de aprendizaje de la pandemia. Para ello, examina los factores que impulsaron las mejoras de los sistemas educativos en la década anterior a la pandemia de COVID-19. Esta investigación abarca tanto los sistemas que estaban mejorando como los que estaban en declive. En el informe se analiza un total de 14 sistemas, tanto los que estaban mejorando como los que se encontraban en declive, profundizando en aquellos que han superado diferentes dificultades para entender cómo lo hacen y entrevistando a más de 200 líderes de sistemas globales, donantes, organizaciones sin ánimo de lucro y líderes de opinión de todo el mundo.
En el documento se preguntan ¿Por qué fracasan tantos esfuerzos? Y la respuesta es, sencillamente, que el mayor obstáculo para el éxito es la ejecución. La mayoría de los sistemas escolares tienen dificultades para convertir las mejoras en acciones y, entre tanto, los cambios bien intencionados se desvanecen. Para que los cambios se mantengan, los líderes deben saber «qué» intervenciones utilizar y «cómo» aplicarlas bien a gran escala.
El análisis sugiere que los sistemas de éxito utilizan una serie de estrategias de refuerzo que generan un «círculo virtuoso» que permite mejoras significativas a largo plazo en el aprendizaje de los alumnos basado en:
Se basan en investigaciones claras sobre lo que influye y garantiza el éxito en los resultados respecto a los cambios en el aula, centrándose en los profesores y los contenidos que imparten. Eligen estrategias respaldadas por pruebas pertinentes para su punto de partida y dan prioridad al aprendizaje fundamental, especialmente en los sistemas con pocos recursos. Utilizan la tecnología como herramienta para mejorar el aprendizaje, no como un fin en sí mismo.
Los sistemas escolares de éxito se centran en unas pocas prioridades coherentes y reúnen a todos los actores en torno a esas prioridades, desde los responsables del sistema hasta los directores y los profesores. Invierten en una comunicación auténtica y bidireccional con las familias, los educadores y las comunidades para diseñar mejores políticas y crear una coalición de cambio más profunda y lograr una mayor aceptación.
Los sistemas que tienen éxito pasan rápidamente de la estrategia a la aplicación. Crean equipos dedicados que disponen de las estructuras y habilidades individuales para ejecutar los planes a lo largo plazo.
Los sistemas de éxito miden rigurosamente lo que importa -los resultados del aprendizaje de los alumnos- y utilizan datos que se comparten de forma transparente para mejorar sus intervenciones. A medida que ponen en marcha métodos de eficacia probada, crean espacio para la innovación y miden el impacto de los nuevos métodos, lo que retroalimenta la base empírica de lo que funciona.
Como hemos comentado, el propósito de la investigación de McKinsey no solo era encontrar reformas educativas que funcionen para la mayoría de los países en general, sino identificar qué reformas funcionan para los países en cada nivel educativo.
Para poder establecer una clasificación de los diversos sistemas educativos en función de los resultados educativos usaron una combinación de las tres pruebas estandarizadas internacionales más comunes y algunas pruebas regionales estableciendo la escala Harmonized Learning Outcomes (HLO). Son puntuaciones de rendimiento estandarizadas y comparables para estudiantes K-12 calculadas por el Banco Mundial que sirvieron para clasificar los países según 5 categorías: below poor, poor, fair, good, great.
En este breve comentario nos interesa poner la atención en las medidas que permitieron a los países pasar de good a great puesto que, al estar España clasificada en el nivel good, podemos identificar qué políticas y acciones le permitirían progresar al nivel great de acuerdo con dicho informe.
Así, tenemos que los sistemas escolares que evolucionan del nivel good al great (como Estonia, Polonia y Singapur) se basan más en la innovación descentralizada y la toma de decisiones en los centros escolares, pero siguen ofreciendo orientación y apoyo centralizados. Pueden utilizar el aprendizaje entre iguales para capacitar a los mejores profesores y fomentar una cultura de mejora continua y responsabilizan a los centros de la utilización de materiales didácticos de alta calidad. Además, abordan las necesidades específicas de los alumnos, como las diferencias de aprendizaje, y ofrecen un apoyo estructurado a los estudiantes con dificultades. En este nivel, los centros suelen ser bastante autónomos y muy responsables de los resultados de los alumnos.
Para pasar de “Good” a “Great” | |
Reclutar, desarrollar y retener maestros y líderes escolares de la más alta calidad posible. | Fomentar cultura de mejora continua • Alinear curriculum con el desarrollo profesional del profesor • Colaboración proactiva, aprendizaje entre iguales • Los profesores de mejor desempeño a las escuelas más necesitadas• Trayectorias profesionales sostenibles |
Ofrecer un plan de estudios de alta calidad a cada estudiante | Apoyar y retener a los maestros y escuelas responsables de adoptar recursos de enseñanza de alta calidad • Alineados con los estándares basados en evidencia • Habilidades y conocimiento para el futuro• Aprendizaje socioemocional • Uso coherente de la tecnología educativa que favorezca el aprendizaje personalizado |
Aumentar el bienestar de los estudiantes para mejorar la asistencia y el aprendizaje. | Sistemas de varios niveles de apoyo • Colaboración con salud y otras agencias y COBs |
Seguimiento y gestión del rendimiento de todas las escuelas. | Potenciar la capacidad de decisión de la escuela, con enfoque segmentado de rendición de cuentas y apoyos para el desarrollo de capacidades |
Garantizar una asignación de recursos, gobernanza y operaciones justas y efectivas. | Garantizar recursos equitativos, con centrado en estudiantes y escuelas con grandes necesidades |
España, según el informe, se encuentra en el nivel “bueno” y, para mejorar y lograr llegar al próximo nivel, según McKinsey, tendría que implementar estas políticas. Sin embargo, es importante resaltar que hay mucha diversidad entre sus comunidades autónomas. Es importante que cada comunidad pueda analizar su punto de partida y tomar decisiones adaptadas a su realidad para que las políticas que implementen sean realmente eficaces.
En términos generales, España tendría como prioridad tres líneas de actuación: 1) el liderazgo educativo ampliamente distribuido, acompañado de la autonomía pedagógica de cada centro educativo, 2) una educación integral sistémica que implique a toda la comunidad educativa y particularmente a las familias para atender a todas las dimensiones del alumnado, 3) una medición de los resultados.
1. El liderazgo educativo, tiene que estar presente en los diferentes niveles de la educación. Es necesario que existan líderes tanto en puestos de nivel nacional como entre los tutores y orientadores de los centros educativos. Este esfuerzo colectivo es esencial para el éxito de dichas reformas porque supone el apoyo de todas las partes implicadas. Por ejemplo, a nivel nacional, es importante que el gobierno asegure que hay una “trayectoria profesional sostenible” para las personas que se dedican a la educación. Además, los directores de los centros educativos tienen que fomentar un entorno en el que los maestros también pueden contribuir a las decisiones de las escuelas. El liderazgo está llamado a extender hasta el alumnado, porque el “aprendizaje entre iguales” también es clave para la mejora del sistema educativo en conjunto.
2. España también debe enfocarse en la educación integral. Los sistemas educativos españoles tienen que empezar a invertir en el bienestar de los estudiantes generando ese enfoque una mayor relación y complicidad con las familias, Por ejemplo, los programas educativos sobre salud mental son muy eficaces y ayudan a los alumnos a cuidarse y a tener una mejor experiencia en las escuelas. Esto es solo un ejemplo de lo que puede desarrollar este vínculo entre los sistemas educativos y las familias y fomentar una confianza entre las partes que beneficia a los alumnos. Cuando las familias son conscientes de que pueden confiar en el sistema educativo para cuidar de sus hijos y que éste proveerá una educación de calidad, tiende a implicarse más generando que el sistema siga mejorando.
3. Finalmente, hace falta que España mida su progreso educativo. No se puede delegar en el Informe PISA, que se publica cada 3 años, para analizar cuál es la situación educativa del país. Realizar pruebas estandarizadas no debe plantearse una competición o ranking entre centros sino como un recurso para conocer en qué situación nos encontramos y poder valorar la evolución manteniendo los datos actualizados. Si algo no va bien en el proceso, una evaluación completa permitirá al sistema escolar revisar qué está ocurriendo y qué cambios son necesarios realizar. Además, las familias también pueden ver el progreso que están logrando los sistemas educativos y, de esa manera, es más probable que aumenten su compromiso y participación en el proceso educativo de sus hijos.
Aunque el informe sitúa a España en un lugar “bueno”, es importante que no se estanque, tal y como reflejan los datos de diversos informes y que opte por el progreso. Estas líneas señaladas en el informe pueden ayudar a España a ascender al nivel “great” y poder ofrecer a los alumnos españoles una educación que les capacite para desarrollarse plenamente como personas y contribuir al bienestar de toda la sociedad.
24 abril, 2024
Equidad y rendimiento en PISA 2022
2024 © Fundación Europea Sociedad y Educación.
Enhorabuena, un gran análisis, profundo y claro
Gracias Mireia por tu comentario que valoro especialmente por toda tu esperiencia educativa. El énfasis del informe sobre el liderazgo educativo me ha recordado tus lineas de análisis en estos temas.