Publicado el 28 Oct 2021 / Sin comentarios
Autora: Elianne del Campo. New York University. Colaboradora en prácticas en el Departamento de Investigación de EFSE.
Nota: selección y comentarios al informe de la OCDE (2021) Más allá del aprendizaje académico: Primeros resultados de la encuesta de habilidades sociales y emocionales.
En un mundo cada vez más imprevisible y complejo es fundamental potenciar habilidades sociales y emocionales en los estudiantes para que tengan éxito académico y se involucren de una manera más activa en la sociedad.
Uno de los informes más recientes de la OCDE, publicado el 7 de septiembre de 2021 y titulado Más allá del aprendizaje académico: Primeros resultados de la encuesta de habilidades sociales y emocionales, se basa en la realización de una encuesta aplicada en diez ciudades del mundo para recopilar respuestas de la comunidad educativa acerca de las habilidades socioemocionales de estudiantes de 10 y 15 años y la influencia en su adquisición de los contextos socioeconómicos y políticos.
Con el objetivo de relacionar las habilidades de los estudiantes con sus resultados académicos, se obtuvo información sobre las notas de los estudiantes en tres materias: Lectura, Matemáticas y Humanidades, junto con resultados de una prueba de capacidad cognitiva. Según la OCDE, las notas de los colegios tienden a ser superiores en comparación con las pruebas estandarizadas, por lo que tuvieron en cuenta las diferencias en el modo de evaluar a los estudiantes en diferentes centros académicos. Además, la OCDE hizo correcciones para minimizar algunos sesgos en las encuestas y utilizó también como referencia los resultados del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, PISA. Informe PISA. Toda esa la información sirvió para relacionar las habilidades socioemocionales con las conclusiones.
Los resultados de la investigación se han dividido en 5 capítulos: i) la distribución sociodemográfica de las habilidades sociales y emocionales, ii) el éxito académico y las aspiraciones educativas y profesionales, iii) el bienestar psicológico de los estudiantes, iv) la creatividad y curiosidad de los estudiantes, y v) el bullying e interacciones sociales en los colegios. Dedicaremos una breve reseña a cada uno de ellos.
De acuerdo con la encuesta realizada, los estudiantes a los 15 años suelen reportar menores habilidades socioemocionales que a los 10 años. Aunque, como se puede observar en la figura 1.6, la asertividad en ambos sexos y la tolerancia en las chicas son las únicas excepciones.
Por otra parte, como se observa en la figura 1.7, los estudiantes con un nivel económico más alto suelen tener mejores habilidades socioemocionales a los 10 y 15 años que estudiantes con un nivel económico inferior. Sin embargo, a los 15 años, estudiantes de ambos niveles socioeconómicos bajan en todas sus habilidades socioemocionales, excepto en tolerancia y asertividad.
En general, las habilidades socioemocionales suelen bajar a los 15 años, pero los alumnos con un nivel socioeconómico más alto registran una caída inferior.
Esta caída de habilidades socioemocionales a los 15 años puede estar relacionada con todas las fluctuaciones y cambios biológicos, psicológicos y sociales que suceden con la transición a la adolescencia. No obstante, sería interesante poder ver cómo, aparte del efecto de la adolescencia, qué otros factores afectan a dicha caída y estudiar si los colegios podrían ayudar a disminuir esa diferencia.
Como se ha dicho más arriba, para relacionar las habilidades socioemocionales con el éxito académico se utilizaron las notas de los estudiantes en tres materias: Lectura, Matemáticas, y Humanidades, junto con otras preguntas relacionadas con las expectativas académicas y laborales de los estudiantes. Aunque los resultados no son contundentes, se pueden observar algunas tendencias en todos los grupos encuestados.
Como vemos en la figura 2.1, un mayor desarrollo de las las habilidades sociales y emocionales muestra, en general, una relación positiva con el desempeño académico, y los estudiantes con más persistencia, curiosidad, y asertividad suelen tener mejores resultados académicos. Aunque los resultados de la encuesta señalan que el nivel socioeconómico de los estudiantes es un gran determinante de sus expectativas académicas, las diferencias en estas habilidades socioemocionales suelen también estar relacionadas con las diferencias en sus expectativas.
Se observa que estudiantes con niveles más altos de curiosidad y asertividad tienen más posibilidades de completar una educación superior. Además, hay ciertas habilidades sociales y emocionales que demuestran una relación con ciertas aspiraciones laborales.
De la investigación cabe deducir que los estudiantes desarrollan sus preferencias profesionales dependiendo de sus habilidades socioemocionales, y a la inversa.
Entre los factores que se mencionan en el informe y que influyen en la calidad de vida de un estudiante destacan la manera de gestionar las habilidades socioemocionales y su sentimiento de bienestar. Por esta razón, las investigaciones y políticas educativas se orientan hacia cómo ayudar al alumnado para que desarrolle aquellas habilidades que intervienen positivamente en su experiencia educativa.
En la figura 3.3, se muestra la escala de respuestas (“totalmente de acuerdo” a “totalmente en desacuerdo”) entre los chicos y las chicas de 10 y 15 años, con respecto a las tres frases relacionadas con la ansiedad en los exámenes: A. Me preocupa frecuentemente la dificultad del examen. B. Aunque esté bien preparado/a para el examen, siento ansiedad. C. Me pongo muy tenso/a cuando estudio para un examen.
En ambas edades, los chicos indicaron estar más “totalmente en desacuerdo” con las tres frases presentadas, y, por el contrario, las chicas dijeron estar más “totalmente de acuerdo”. Aun así, en ambos sexos, el porcentaje de “totalmente en desacuerdo” con las tres frases presentadas disminuyó entre los 10 y 15 años, a la vez que el porcentaje de “de acuerdo” aumentó.
Como muestran las figuras 3.8 y 3.10, el optimismo y la resistencia al estrés en los estudiantes de todas las ciudades encuestadas suelen estar relacionados con menores niveles de ansiedad ante los exámenes, y, a la vez, con un mayor bienestar psicológico. Además, estos resultados también suelen asociarse con la satisfacción ante la vida de muchos estudiantes.
La encuesta también informó sobre la autopercepción de los estudiantes acerca de sus capacidades creativas. Estos resultados se compararon posteriormente con los resultados de la encuesta a padres y profesores a quienes se preguntó sobre su percepción de la creatividad e ingenio de los estudiantes. El informe también analizó cómo los colegios le dan más importancia a la obediencia de los estudiantes que a su creatividad y curiosidad, y cómo las actividades académicas y extracurriculares afectan a esas habilidades socioemocionales.
La figura 4.7 muestra cómo los estudiantes que dijeron participar en actividades extracurriculares artísticas de forma habitual calificaron su creatividad más alta que los estudiantes que no lo hicieron. Teniendo en cuenta también las diferencias socioeconómicas y de género, se observa una diferencia mayor entre los estudiantes que participaron en actividades extracurriculares artísticas y en los que no, y entre los 15 y 10 años. Esta caída en curiosidad y creatividad puede estar relacionada con la transición a la adolescencia. Por otra parte, el informe también relaciona esta caída con la presión a la que se someten los estudiantes para alcanzar las altas expectativas que marcan colegios y familias.
Los compañeros de clase son uno de los grupos que tiene más influencia en el desarrollo del alumnado. Por ello, es muy importante el sentimiento de pertenencia a su colegio y tener un sistema de apoyos que les ayude a gestionar las situaciones y obstáculos que se les presentan.
En el informe de la OCDE se observan tres indicadores de clima escolar y de relaciones sociales entre los estudiantes, basados en 6 preguntas que se resumen en la sensación de pertenencia a su colegio, su exposición al acoso escolar, y la relación entre estudiantes y profesores.
Como se puede observar en la figura 5.1, es mayor el número de estudiantes de 10 años que respondieron “totalmente en desacuerdo” a las frases de “me siento solo en el colegio,” “me siento incómodo y fuera de lugar en mi colegio,” y “me siento como un extraño en mi colegio”, que los estudiantes de 15 años. Todo sugiere que, durante la adolescencia, la sensación de pertenencia al colegio disminuye.
La figura 5.2 muestra cómo los estudiantes de 10 años registraron un mayor porcentaje de acoso escolar que los estudiantes de 15 años. Los más pequeños manifestaron su grado de acuerdo/desacuerdo con las siguientes frases: «me pegan o me empujan otros estudiantes», «otros estudiantes me quitan o rompen mis cosas», «otros estudiantes me amenazan» y «otros estudiantes se burlan de mí». Independientemente de la edad, los chicos también señalaron un acoso escolar más frecuente que las chicas.
Según el informe de la OCDE, los estudiantes que sienten una mayor relación de pertenencia a su colegio suelen tener niveles más altos de cooperación, optimismo, y sociabilidad. Quienes tienen mejor relación con sus profesores parecen tener niveles más altos de optimismo, curiosidad, y más motivación para el éxito.
Cuando los estudiantes pasan de los 10 a los 15 años, suelen volverse más conscientes de las expectativas depositadas en ellos y de cómo se espera que piensen y se comporten. Ese cambio de actitud hace que sus habilidades socioemocionales puedan disminuir, ya que tenderían a satisfacer esas expectativas más que a expresar y mejorar sus habilidades socioemocionales.
Para revertir un efecto negativo en las habilidades socioemocionales de los estudiantes, la OCDE sugiere que los colegios y los padres implementen algunas acciones pedagógicas y psicológicas.
Para facilitar el desarrollo del alumnado, en un clima de libertad responsable, los centros educativos podrían establecer más conexiones entre el plan curricular y los intereses personales de cada estudiante. Además, ya que varían las expectativas y el desarrollo socioemocional por el género y el nivel socioeconómico de los estudiantes, los colegios deberían implementar métodos o actividades durante la jornada escolar, para que los grupos con habilidades más bajas puedan acompasar sus ritmos a un paso similar al delos grupos con habilidades más altas.
Por otra parte, la OCDE propone que los profesores participen y conribuyan a impulsar un cambio en la cultura escolar de los centros. Por ejemplo, deberían implicarse más en las actuaciones para disminuir el acoso escolar y crear mejores relaciones con sus estudiantes, con el fin de incrementar el sentimiento de pertenencia al centro educativo. Se sabe que, con un mejor clima escolar, los estudiantes pueden tener niveles más altos de optimismo y un mejor bienestar psicológico que, además, se relaciona positivamente con un buen ambiente familiar, determinante en la mejora intelectual y, por ende, en un mejor desarrollo académico a largo plazo.
En mi opinión, en línea con el informe de la OCDE objeto de este comentario, la conexión entre la familia y el colegio resulta determinante para lograr la madurez de la personalidad y el crecimiento en habilidades socioemocionales. Es importante tener en cuenta cómo una atención más personalizada por medio de la tutoría y la orientación de los alumnos puede mejorar su desarrollo social, emocional y afectivo, y generar autoconfianza y altas expectativas. Una motivación específica para cada alumno facilita el conocimiento propio y la identificación de sus áreas de mejora. Además, este estudio pone de manifiesto la importancia de proyectos educativos que contemplen todas las dimensiones de la persona y la interrelación que hay entre ellas. Desde la Fundación Europea Sociedad y Educación venimos trabajando con la Fundación Porticus en una visión más completa de la educación, bajo los principios antropológicos de un Whole Child Development (WCD), siglas en inglés de Desarrollo Integral del Alumnado, concretados en un programa de Liderazgo escolar (LEI).
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