Análisis: el blog de Sociedad y Educación

Un blog que reúne en sus posts la más reciente literatura científica en el campo de la educación y que expertos de Sociedad y Educación examinan, seleccionan y ponen a disposición de la comunidad educativa.

Publicado el 25 Abr 2022 / Sin comentarios

¿Por qué un programa de comprensión y regulación emocional?

Autora: Lina Arias Vega. Dra. en Psicología. Orientadora. Experta en Mindfulness. Cofundadora de Aulas Mindfulness. Colaboradora de la Fundación Europea Sociedad y Educación.
Creadora del programa Pensando en las emociones con Atención Plena en Educación.
Foto de Andrea Piacquadio en Pexels.

Los resultados de las investigaciones sobre los programas de enseñanza de habilidades sociales y emocionales son contundentes.

Estos programas producen efectos en el bienestar físico, psicológico, rendimiento académico y éxito laboral a corto plazo y en el futuro. Estudios como los de Durlak et al. (2011) o Taylor et al. (2017), encuentran que estos programas mejoran la conducta, las actitudes y el rendimiento académico de los niños. Algunas investigaciones señalan que la competencia socioemocional en la etapa de educación infantil es la variable que mejor predice el rendimiento, mucho más que el cociente intelectual (Caprara et al., 2000). Pero, su efecto no sólo se hace visible a corto plazo, sino que se extiende a lo largo de la vida.

Estudios longitudinales que han hecho un seguimiento de estudiantes en Estados Unidos y Reino Unido han descubierto que las habilidades socioemocionales en la infancia y la adolescencia tienen una influencia en las decisiones sobre la escolarización, las elecciones sobre el futuro laboral y el sueldo en la edad adulta. Además, estas habilidades favorecen conductas más adaptativas y saludables en un futuro, que se reflejan en menos adicciones o menor número de embarazos no deseados. Así que la adquisición de competencias emocionales en los niños pequeños se manifiesta en un mayor bienestar años más tarde (Jones, Greenberg y Crowley, 2015).

Un efecto de estos programas, especialmente interesante por su impacto en la vida social en los centros, es la mejora de la conducta prosocial, la disminución de problemas externalizantes, el aumento de conductas de cooperación (Sánchez Puerta, Valerio y Gutiérrez Bernal, 2016). Estas variables están estrechamente relacionadas con la prevención de conductas de acoso entre iguales, un problema especialmente preocupante por su incidencia y su impacto en el bienestar psicológico de los menores.

Por eso, consideramos necesario que el profesorado y las familias dispongan de formación para poder integrar en su práctica educativa intervenciones explícitas que favorezcan el desarrollo de estas competencias socioemocionales.

¿Qué sabemos sobre el éxito de las intervenciones educativas socioemocionales?

Hay determinadas características de las intervenciones que contribuyen al éxito de estas. Podemos señalar algunas de ellas:

  • Las intervenciones que se realizan durante la infancia son más eficaces que las que se realizan después de la adolescencia.
  • Las intervenciones intensivas, de al menos dos años de duración, obtienen mejores resultados.
  • Las intervenciones que se plantean de forma integrada al currículum y no como actividades sueltas que se realizan de vez en cuando, logran mayores beneficios.
  • El conocimiento del profesorado sobre su propia experiencia en la comprensión y regulación emocional incide en el éxito de la intervención.
  • La forma en la que se plantee la intervención incide en su eficacia: cuando las competencias se trabajan de forma secuenciada, planificada, explícita, dedicándoles un tiempo específico y con una participación activa por parte del niño, los beneficios son mayores.
  • Las intervenciones que promueven la participación de los padres son más eficaces.

Las evidencias obtenidas con la implementación del programa Pensando las Emociones con Atención Plena confirman la importancia de primar la participación y la experiencia personal de los niños y los jóvenes, a través de la creación de comunidades de aprendizaje, implicando también a las familias en el desarrollo de las actividades. Este programa integra dos modos de acercarse a las emociones: uno es a través del diálogo filosófico, basado en la Filosofía para Niños de Lipman; el otro, a través del desarrollo de la atención plena que implica observación de la experiencia sensorial y corporal cultivando una actitud de amabilidad hacia la experiencia.

Uno de los principales problemas para lograr ser social y emocionalmente competente es que la información sobre las emociones permanece implícita, porque no se presta atención a la misma y no existe un discurso elaborado –una instrucción formal– que la aborde.

Diálogo filosófico para niños y desarrollo de la atención plena

El dialogo filosófico supone la apropiación por parte del niño del conocimiento social (de fuera hacia dentro), a través de la reflexión sobre las normas que rigen la vida socioemocional y la forma de regular las emociones. La atención plena ayuda a tomar conciencia y regular los estados emocionales y las funciones ejecutivas (de dentro hacia fuera). Por ello, el programa proporciona actividades de uno y otro tipo.

Investigaciones realizadas en Educación Infantil nos indican eficacia en mejoras en funciones ejecutivas relacionadas con capacidades de regulación e inhibición conductual.

Un grupo de niños de 3 años siguió el programa durante 12 sesiones, realizando también sesiones con los padres. Los resultados mostraron que los niños del grupo experimental mejoraron de forma significativa en todos los índices de funciones ejecutivas evaluados a través del BRIEF-P. Estas mejoras no se encontraron en los niños de grupo control. Además, padres y profesores rellenaron las escalas y sus evaluaciones fueron coincidentes tanto para el grupo experimental como para el control (Villena, Fernández-Angulo y Giménez-Dasí, 2017).

En otro estudio se aplicó el programa a un pequeño grupo de niños de 5 años con problemas de autorregulación y diagnóstico clínico. Igualmente, los resultados mostraron mejoras significativas en regulación emocional, labilidad y todas las escalas de funciones ejecutivas evaluadas con el BRIEF-P excepto flexibilidad- tras una intervención de 8 semanas de duración (Giménez-Dasí y Edo, 2017). La investigación iniciada en un centro educativo para evaluar su eficacia en cursos de Primaria no pudo finalizarse por el cierre de los centros educativos cuando se estaba comenzando a aplicar el programa.

SABER MÁS

Referencia bibliográfica
Pensando las emociones con atención plena. Programa de intervención para Educación Primaria. Marta Giménez-Dasí , Laura Quintanilla Cobián , Lina Arias Vega. Ediciones Pirámide.

Próximo WEBINAR, 27 de abril, 19.00 h, plataforma zoom. Gratuito.


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CURSO DE FORMACIÓN EN LA UCM / EN CENTROS EDUCATIVOS
Bienestar y regulación emocional en la adolescencia-Programa mente amable.
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