Publicado el 27 Jun 2023 / Sin comentarios

¿Qué nos dice PIRLS sobre el sistema educativo español?

La IEA muestra el estado de la comprensión lectora de los jóvenes con la publicación del informe PIRLS 2021.

Autor: Evan Spalding. Boston University. Colaborador en prácticas en el Departamento de Investigación de EFSE.

El sistema educativo español, por lo que se refiere a la comprensión lectora,  presenta un cierto estancamiento con un rendimiento inferior al de sus homólogos europeos y con pocos alumnos en los niveles avanzados de lectura.

La IEA (Asociación internacional de Evaluación del Rendimiento Educativo), ha hecho público hace unas semanas su quinto informe PIRLS, (Progress in International Reading Literacy Study), correspondiente al año 2021 sobre las capacidades de la comprensión lectora de los alumnos de cuarto curso de primaria. Este informe, entre otros temas, aporta datos sobre la eficacia de los sistemas educativos de distintos países, utilizando las puntuaciones medias de una prueba estandarizada para comparar los niveles de alfabetización de los estudiantes.

Resultados generales

Las puntuaciones se utilizan para clasificar a los alumnos en distintos niveles de rendimiento en comprensión lectora: muy bajo (menos de 400 puntos), bajo (400-475), intermedio (475-550), alto (550-625) y avanzado (625+).

Cada nivel de referencia se caracteriza mediante las destrezas que el alumnado que lo alcance probablemente será capaz de demostrar. La estructura es acumulativa, es decir, el alumnado que se sitúe en un determinado nivel será capaz de demostrar las destrezas asociadas a ese nivel además de las asociadas a todos los niveles inferiores.

Teniendo en cuenta este sistema de niveles, es posible crear un perfil educativo general para cada país que participó considerando el nivel educativo de sus alumnos. 

Como puede observarse en la figura 2.3.a., en el marco de los países de la UE-22 , vemos que España es uno de los países con peores resultados, sólo por encima de Portugal (520), Francia (514) y Bélgica (511). Los mejores resultados corresponden a Irlanda con 577 puntos, una media que la sitúa muy por encima de los siguientes países: Lituania (552), Polonia (549) y Finlandia (549).

Pero, ¿por qué España no es capaz de tener un sistema educativo más competitivo a la altura de los mejores de Europa?

Equidad y excelencia educación

El primer indicador que analiza PIRLS es la desigualdad en la educación. La diferencia entre el percentil 5 y el percentil 95 de los alumnos, así como las condiciones específicas a las que tienen que enfrentarse estos alumnos, revela si los sistemas educativos de cada país pueden superar las diferencias socioeconómicas entre los alumnos y proporcionar una educación equitativa a todos. Según el informe, el sistema educativo español es uno de los más equitativos de toda Europa.

La diferencia entre los percentiles 95 y 5 se considera una medida robusta de la dispersión de los datos. Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, una menor diferencia indicaría una mayor probabilidad de equidad en el sistema educativo. Los territorios con una menor diferencia son Italia (218 puntos), Bélgica flamenca (219), Países Bajos (221) y España (226), quedando significativamente por debajo tanto del Promedio OCDE-28 (249 puntos) como del total UE (241). En el extremo opuesto se sitúan Israel (290 puntos), Bulgaria (292) y Nueva Zelanda (293). Todas las comunidades y ciudades autónomas con muestra ampliada presentan una diferencia por debajo de la del Promedio OCDE-28 y del Total UE, correspondiendo las más bajas a Castilla y León (209 puntos), Asturias (210) y Andalucía (212).

Aunque es loable figurar entre los sistemas educativos más equitativos de la Unión Europea, también cabe señalar que los países con la menor diferencia entre los percentiles 95 y 5 de rendimiento en alfabetización de los estudiantes también tienen menos alumnos en el nivel avanzado que las medias tanto de la UE como de la OCDE-28. España, por ejemplo, sólo tiene un 6% de sus alumnos clasificados en el nivel avanzado, casi la mitad que la media de la OCDE-28 (11%) (Figura 2.4.a). Además, España, tiene una distribución de alumnos en el nivel más bajo comparable a la media en ese nivel de los miembros de la UE y de la OCDE-28, por lo que, comparativamente, los alumnos no tienen un rendimiento comparativo más bajo. La Figura 2.4.a sugiere que la gran mayoría de los alumnos se encuentran en los niveles centrales de rendimiento en alfabetización. Entonces, ¿Cómo podemos mejorar el rendimiento de los alumnos que se encuentran en niveles intermedios y tener más en el nivel alto y avanzado?

Otro factor que exploró PIRLS es el nivel educativo de los padres de los alumnos participantes. Una vez más, España se situó entre los países con menor variación en los datos, lo que significa que los alumnos con padres que han recibido menos educación no estaban en una desventaja significativa en el aula. Este dato refleja que el problema no es la equidad ni los niveles educativos generacionales. 

El siguiente factor a estudiar es el índice Social, Económico y Cultural de los países participantes.

Este índice mide la influencia de la situación de cada alumno, teniendo en cuenta sus antecedentes y condiciones económicas, sociales y culturales para proporcionar cierto contexto a su rendimiento educativo. El informe del ISEC otorga a España un valor inferior a la media, pero no por mucho. El informe PIRLS encontró que un valor más alto del ISEC corresponde a valores más altos en comprensión lectora en cada país observado. España fue uno de los países con menor diferencia entre las puntuaciones obtenidas en las pruebas por los alumnos de condiciones favorables y desfavorables. 

Si el sistema educativo español es uno de los más equitativos de Europa, según el estudio PIRLS, entonces debe haber algo más que impida a más estudiantes alcanzar un nivel avanzado.

Otros factores adicionales que pueden influir en los resultados

1. La población inmigrante en España tiende a rendir a un nivel mucho más bajo que los estudiantes nativos. Según el informe, los estudiantes nativos obtienen un rendimiento medio de 26 puntos superior al de sus homólogos no nativos. Con una importante población no nacional, esto puede haber influido en las puntuaciones medias.

2. Existe una diferencia entre el rendimiento de los centros públicos y privados, ya que los alumnos de los centros privados obtienen una media de 17 puntos más de avance, que es «es significativamente más alta que la obtenida por los estudiantes escolarizados en centros públicos.”

3. España fue uno de los 11 países en los que se registraron diferencias estadísticamente significativas entre las puntuaciones de los centros afectados por la escasez de recursos didácticos y los que no.

Consideraciones finales

En general, no hay una sola causa evidente que impida a España tener mejores resultados educativos y, el país, ha demostrado ser capaz de garantizar que la educación siga siendo equitativa para los estudiantes con independencia de su origen y condiciones socioeconómicas.

Pero a pesar del éxito en equidad del sistema educativo español, no lo hay tanto con la competencia en lectoescritura entre los estudiantes más jóvenes. Esto se debe probablemente a una combinación de cada uno de los factores mencionados, así como al limitado gasto público en educación. En 2018, España gastó 1400 USD menos por estudiante que la media de la OCDE, situándose en el tercio inferior en gasto en educación por estudiante (de forma muy similar a cómo se clasificó para el informe PIRLS sobre rendimiento en alfabetización). El informe PIRLS analizó cómo las diferencias entre las circunstancias de los estudiantes afectan a las puntuaciones, pero quizás la razón de la falta de resultados de nivel avanzado la encontremos en otros factores:  las diferencias en la financiación, los recursos de las aulas, los materiales que se enseñan y el estilo de enseñanza pueden estar condicionando el nivel educativo de las escuelas españolas. 

Informes como PIRLS nos advierten de la necesidad de  investigar y debatir el estado de la educación en España y en el contexto europeo e internacional para seguir indagando en las causas e implementar políticas educativas que favorezcan unos resultados educativos más excelentes.