Análisis: el blog de Sociedad y Educación

Un blog que reúne en sus posts la más reciente literatura científica en el campo de la educación y que expertos de Sociedad y Educación examinan, seleccionan y ponen a disposición de la comunidad educativa.

Publicado el 19 Oct 2018 / Sin comentarios

Educación y cultura ecológica: algunas propuestas

Autora: Lola Velarde. Doctora Ingeniera de Montes y Directora de Desarrollo de la Fundación Europea Sociedad y Educación.

 

Uno de los pioneros de la evaluación del impacto medioambiental y de la planificación del territorio con base ecológica en España, el profesor Ángel Ramos afirmaba en su magnífico discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias en 1993:

 

“Es patente que la naturaleza ha sido maltratada históricamente por el hombre, y que el maltrato ha sido creciente, en su propio perjuicio; las voces de alerta, aun a veces fuera de tono, han sido decisivas para que la evidencia se extendiera desde grupos reducidos a la opinión pública, que, con mayor o menor conocimiento de causa, con mayor o menor información, ha llegado a ser un clamor y a exigir respuesta en la acción. Ésta, cuando no es la callada, puede darse dentro del relativismo, ajustándose perezosamente a las valoraciones del momento actual, buscando mínimos y pensando que tales valores no son permanentes, es decir, sin convicción; o puede darse con convicción, con intención abierta a la incorporación de cuanto se encuentre de positivo, pensando que la nueva información puede ser una aportación al progreso humano”.

 

Además de las necesarias soluciones, concretas e innovadoras, que pueden ofrecerse a problemas como son la acumulación de residuos en tierra y mar, la capa de ozono, la lluvia ácida, la contaminación atmosférica, o la denuncia de las innumerables agresiones que sufren nuestros paisajes rurales o naturales, nuestra línea trabajo en Sociedad y Educación pretende aportar, a través de la educación, algo más sobre la postura del hombre ante su ambiente, sobre las razones que les mueven a la Conservación de la Naturaleza y la posibilidad de ofrecer una respuesta consistente al hipotético dilema progreso-conservación. Y, queremos hacerlo proponiendo que sea la educación protagonista de una transformación que conduzca de las percepciones a las convicciones, de los conocimientos a los comportamientos.

El conocimiento de la naturaleza pasa necesariamente por experimentarla, vivirla, zambullirse en ella, disponer de experiencias tempranas ante el horizonte que nos abre.

Experiencias que se producen en los primeros años de la vida escolar, en la adolescencia y en la primera juventud. La comprensión de la naturaleza es una cualidad que se adquiere, que puede enseñarse y que debe enseñarse (a conocerla y a amarla).

 

El encuentro con Fundación Endesa y el conocimiento de su compromiso con la mejora de la cultura ecológica y medioambiental de los jóvenes, supuso para la Fundación Europea Sociedad y Educación una oportunidad de explorar y diagnosticar de dónde partíamos. Así, la publicación del Ecobarómetro. Cultura ecológica y educación, permitió conocer algo mejor el alcance y el compromiso de los valores medioambientales y el decisivo papel de la educación en su desarrollo e interiorización. A partir de sus resultados, ambas fundaciones, en calidad de socios estratégicos, pusimos en marcha los Premios a la Ecoinnovación Educativa, -este curso en su tercera edición-, que ponen en valor las iniciativas que estudiantes y profesores están llevando a cabo a lo largo y ancho de España para conservar la naturaleza y mejorar su entorno de forma innovadora.

 

Podría tratarse de una iniciativa más, unos premios más, que se suman a la moda de las iniciativas ambientales en nuestro país y en todo el mundo. Sin embargo, en la concepción de estos Premios hemos querido tener presente desde el principio un contenido diferencial, una finalidad más profunda, inspirada en los enfoques del profesor Ramos y de muchos otros pensadores de la naturaleza que ven en ella “un principio de sabiduría y un norte ético para su comportamiento”.

 

Por eso, en los criterios para la evaluación de los proyectos presentados a estos Premios, hemos querido tener presente este trasfondo. ¿Se han preguntado los alumnos sobre el porqué de la conservación de la naturaleza? ¿Se han preguntado sobre las causas del deterioro ambiental, más allá de impulsar actuaciones para disminuir sus efectos? ¿En qué medida sus iniciativas responden a una auténtica convicción, al margen de modas pasajeras?

Volviendo a las palabras del Profesor Ramos, “el cuidado y el respeto de naturaleza, seres vivos, procesos naturales, paisajes, se prolongan hasta la condición del hombre y la solidaridad de los hombres entre sí”.

Palabras que ya entonces apuntaban a una nueva solidaridad ambiental, capaz de trascender el ámbito del individualismo y de aportar como criterio novedoso el del cuidado, un cuidado que incluye al hombre mismo, desde la idea de una ecología integral, que entiende el libro de la naturaleza como uno e indivisible.

 

La experiencia de estos Premios en sus dos ediciones anteriores ha sido enormemente gratificante. El entusiasmo de los profesores, la ilusión de los alumnos, la creatividad y el compromiso que transmiten un gran número de proyectos presentados, el cambio de actitud, la convicción… todo ello motiva a la esperanza y a seguir apostando por una educación ambiental que avance y profundice en esta perspectiva.